El obispo de Lleida, Joan Piris, hace un llamamiento a la responsabilidad como valor a aplicar en la carretera, aunque reconoce que le gusta correr, que ha sido multado por exceso de velocidad y que no le parecen bien las reducciones de velocidad e incluso ve discutible aplicarlas en algunos lugares.
Bajo el título de Hablando de valores, el obispo pide hacer una mirada más concreta y afinada hacia los propios comportamientos y reflexiona en la carta dominical que publicó la hoja parroquial de su diócesis sobre el llamamiento a la prudencia en el volante que hizo la Conferencia Episcopal Española. Confieso que a mí me gusta correr en la carretera y, por eso, yo también soy uno de los miles de conductores a los que han puesto una multa por exceso de velocidad, revela el obispo.
El prelado, sin embargo, asegura a renglón seguido que ahora estoy convencido de que debemos respetar las señales y tener más en cuenta lo que esto puede suponer de bueno para los otros usuarios. Entonces -se pregunta el obispo¿por qué acelero más de lo que se debe? Alguien dirá que es una muestra más de la incoherencia humana; ¿pero es solo eso? Monseñor Piris defiende que la seguridad es un valor, la seguridad propia y la de otros, la consideramos un bien objetivo aunque no siempre coincida con aquello que nos gustaría hacer.
El prelado, sin embargo, asegura a renglón seguido que ahora estoy convencido de que debemos respetar las señales y tener más en cuenta lo que esto puede suponer de bueno para los otros usuarios. Entonces -se pregunta el obispo¿por qué acelero más de lo que se debe? Alguien dirá que es una muestra más de la incoherencia humana; ¿pero es solo eso? Monseñor Piris defiende que la seguridad es un valor, la seguridad propia y la de otros, la consideramos un bien objetivo aunque no siempre coincida con aquello que nos gustaría hacer.