“Nos inspira la melancolía de la cultura gallega”, alegan los responsables de una novedad que es el adelanto del disco sucesor de “Caliu”.
Más allá del origen gallego de Inés, en el que se deduce tiene asidero incluso el nombre del grupo, ¿cómo influye en ustedes la música popular gallega como para llegar a componer y cantar en gallego?
El principal elemento que sacamos de la música gallega es la tendencia a usar ritmos ternarios. En las canciones de Inés prevalecen siempre y seguro es porque es lo que escuchaba en su familia. Otros elementos que nos inspiran son el canto a varias voces, cantar a capela, la combinación de voces y percusiones tradicionales. También ese toque melancólico de la cultura gallega nos inspira en la forma de expresar. Incluso cuando algo es bonito, existe una melancolía de fondo, y viceversa. Encontramos la belleza en lo triste.
En “Lalalá”, dicen “Tengo todo cuanto quiero / al alcance de mis dedos”, en referencia a un paisaje natural idílico. Si llevamos estos versos al mundo de la música, ¿que quisieran tener al alcance de vuestros dedos?
Muchas cosas, ¡uf! Nos encantaría tener al alcance de nuestros dedos la estabilidad laboral y emocional que es tan complicada de conseguir si quieres dedicarte a la música. Nos queda mucho que mejorar como sociedad en este aspecto. Otra cosa que nos gustaría conseguir es que nuestra música sea escuchada y se valore por su calidad y no por el hecho de que somos una banda de mujeres. Faneka surgió así porque las tres nos admiramos y queríamos tocar juntas, y da la casualidad que somos mujeres. No queremos encerrarnos en el gueto de los grupos de mujeres: lo que hacemos merece ser valorado por su calidad musical igual que se hace con los grupos formados por hombres.
En la misma canción, dicen: “Hoy canto esta canción / mañana la lleva el viento”. Abundan los grupos que fusionan rock pop con folclore. ¿Temen que esto sea una moda?
La fusión con el folclore es verdad que ahora está muy de moda, y como tal es posible que pase, pero mucha gente lleva muchos años ya haciéndolo, como El Naán, por ejemplo, y, la verdad, nos gusta desde siempre. Que esto haya llegado al mainstream ayuda a visibilizar la recuperación del folclore, pero lo que pase en el mainstream no es nuestra preocupación.
