SALUDABLE

No sólo se trata de sudar en la muy olvidada sauna

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En los primeros gimnasios abiertos en nuestro país no faltaba un curioso recinto, hoy prácticamente perdido

En los primeros gimnasios abiertos en nuestro país no faltaba un curioso recinto, hoy prácticamente perdido. Era el destinado a la Sauna, una actividad tan desconocida como poco valorada entre el cliente.

las nuevas tendencias, la baja demanda y el elevado gasto de mantenimiento llevaron a muchos empresarios del sector a clausurarlas o transformarlas en un práctico almacén. Y, sin embargo, algo posee la sauna para entusiarmar a culturas tan dispares como la azteca, la nativa americana, la turca, romana, rusa, japonesa o escandinava. Sepamos el porqué.


Turca o finlandesa


Podemos definir la Sauna como un proceso que incluye, entre otros, un baño de vapor en un recinto a alta temperatura, por lo general cerrado. Las modalidades más conocidas son dos: La Sauna ‘Seca’, o finlandesa, la desarrollada entre los 70 o 95 grados y con una humedad no superior al 20%. Y la Sauna ‘Húmeda’ o turca, cuya temperatura oscila entre los 25 y 60 grados, mientras la humedad puede alcanzar el 100%. La primera era la habitual en los gimnasios.

Por desgracia, el común usuario asoció sauna con sudar, sudar con adelgazar. Y este razonamiento cazurro llenó por un tiempo la cabina de obsesos por la pérdida de peso, sin ningún tipo de criterio ni formación en la materia, sin la higiene y ni el comportamiento mínimamente exigible en público.

Tomar una sauna no consiste en abrasarse como un pollo durante una hora. Sudar no significa adelgazar.


Un proceso personalizado


Tomar una sesión de Sauna significa realizar un proceso de contrastes, con sesiones de calor en la cabina, sesiones de descanso y sesiones de ducha fría. El tiempo de la sauna puede ser un tercio del total. Todo ello, adaptable a cada persona. Sí, siempre repetimos lo mismo. Personalizado y asesorado.

 Bien realizado, se constatan sus beneficios en la limpieza de la piel, vías respiratorias, sistema circulatorio, rendimiento físico, sueño y estado psíquico. ¿Bajar de peso? ¿Eliminar arrugas? Nada ¡Qué desgracia!

También tiene sus contraindicaciones -patologías cardiovasculares, infecciosas, inflamatorias...- que debemos consultar antes de lanzarnos a sudar.

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