NUTRICIÓN

Primera norma obligatoria: ¡Beber agua!

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photo_camera Es recomendable repartir pequeñas tomas de agua al día.

Las bebidas aportan gran parte (70-80%) de las necesidades de agua de nuestro cuerpo, el 30% restante proviene de los alimentos como sopas, caldos, frutas y verduras.

 La cantidad de agua que se debe tomar en forma de bebidas por día y que muestro en la tabla, son cifras medias estimadas en base a la cantidad de líquido que el cuerpo necesita para cubrir todas las exigencias funcionales. Toda el agua que perdemos, debe restituirse convenientemente, para evitar así la deshidratación y las alteraciones que la acompaña. 

Es importante tener en cuenta que esta recomendación estándar de ingesta de líquidos, sólo es adecuada en circunstancias normales, en situaciones especiales de estrés, enfermedad, ejercicio físico moderado o de mayor exposición al calor, aumenta la exigencia hídrica.

¿Qué tipo de bebida es mejor?

En parte es una cuestión de preferencias y gusto personal. En lugares en los que se puede beber agua del grifo, esta puede ser una buena forma de satisfacer las necesidades hídricas. Con el agua embotellada también se puede lograr este objetivo. 

Otras bebidas como las infusiones, el café, los refrescos y los zumos pueden brindar una forma atractiva de hidratación para muchas personas, sin embargo, no conviene beber la cantidad recomendada de líquido a partir de estos productos solamente, pues  traería consigo un exceso de cafeína, edulcorantes y/o azúcares. Para motivar la hidratación y mantener el equilibrio calórico y de nutrientes es más recomendable alternar estas bebidas, con tomas de agua (embotellada o de grifo) repartidas gradualmente a lo largo del día.

Aunque el resto de bebidas son una opción válida, es importante elegir preferentemente agua para la mayoría de las tomas. Beber un pequeño vaso en cada una de las comidas, facilitará además la ingestión de los alimentos sólidos.

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