Rally de Ourense 2021 | El germen del Alpinche

Hace ya más de medio siglo, los ourensanos tenían a un referente en el cada vez más abundante y talentoso elenco de pilotos locales, José Pavón. Rápido y elegante como pocos al volante (tal y como decían las crónicas de La Región), además de ser uno de los dos únicos ganadores del Rally de Ourense, también fue uno de los pilotos “estrella” de Estanislao Reverter y protagonista involuntario del nacimiento de Alpinche. Y es que en la temporada 70, Pavón y Vázquez tomaron la salida con uno de los dos Porsche 911R de Reverter, algo equiparable a hacerlo con dos vehículos R5 de última generación o quizá más exclusivos, ya que la firma germana tan solo construyó algo más de 20 unidades de este modelo de competición y dos estaban en Ourense. Favoritos junto al potente equipo Repsol y al siempre combativo Bernard Tramont en el Renault Alpine oficial de la marca, tomaron la iniciativa en la clasificación desde el primer tramo, gracias a un buen ritmo y al conocimiento del terreno que tenían. Con el paso de las especiales y con muchos, muchísimos kilómetros de enlace, Pavón y Vázquez marchaban con más de medio minuto de ventaja sobre Ruiz-Giménez y todo hacía aventurar que en la recta final de la prueba, en los tramos nocturnos, el equipo ourensano bajaría el ritmo para certificar el tirunfo. Sin embargo, sus ganas de vencer y el ritmo tan al límite que llevaban tuvieron una consecuencia. En el peligroso tramo del Rodicio José Pavón se salió en una curva larga de derechas impactando violentamente contra uno de los pretiles de piedra del borde, dejando el morro del Porsche 911R completamente destrozado e inservible y a Pavón con dos costillas rotas y sin victoria en la prueba. Parece una tragedia y en cierta manera lo fue, aunque de esos restos se rescató la mecánica y todos los elementos que no resultaron dañados y de ahí, en un movimiento hábil y original, Reverter comenzó a trabajar con sus mecánicos para adaptar ese potente y competitivo elemento mecánico sobre la carrocería de un Renault Alpine, mucho más ligero que el vehículo alemán. En apenas un mes, el embrión estaba puesto y la primera versión de este inolvidable modelo que ahora mismo se está terminando de restaurar, lista. Todavía no se llamaba Alpinche, pero poco a poco iría cambiando de nombre, aspecto y sobre todo, ganando en agresividad.