El Concello aborda un nuevo impulso del plan de rehabilitación que se puso en marcha en el año 2006
La rehabilitación del casco viejo de Verín avanza pero no tanto como pretende el grupo de gobierno, que en la actualidad busca a los dueños de viviendas en estado ruinoso con el objetivo de que las adecenten o, al menos, acometan obras como tapiar ventanas y colocar vallas de seguridad para evitar posibles desprendimientos hacia la vía pública.
El último de los requerimientos lo firmó el alcalde, Juan Manuel Jiménez Morán, el pasado lunes y afecta a un inmueble que amenaza con derrumbarse. En caso de que los dueños no realicen obras, el Concello declarará los inmuebles en estado de ruina, acometerá las obras precisas para evitar posibles accidentes y pasará la factura a los afectados.
La iniciativa forma parte del plan de rehabilitación del casco antiguo de Verín, que comenzó en el año 2006 con la declaración de Área de Rehabilitación Integral (ARI), que también afecta al barrio de San Lázaro. A lo largo de estos ocho años se rehabilitaron un centenar de viviendas (en la actualidad hay tres en obras), pero aún quedan más de un centenar en ambos barrios, algunas de ellas en estado ruinoso, con el techo derrumbado, sin ventanas y con las paredes cubiertas de maleza.
El responsable de la Oficina de Rehabilitación, Antonio Rodicio, se mostró satisfecho con el trabajo realizado, sobre todo en la calle Maior y las plazas García Barbón y Merced. "Los vecinos son reacios a la rehabilitación, pero poco a poco vamos logrando que se adecenten edificios", explicó el técnico, destacando las cualidades y la belleza tanto del casco viejo como del barrio de San Lázaro, para habilitar una vivienda. "Este tipo de casas no tienen nada que ver con un piso, son mucho mejores", aseguró.
Algunas de los inmuebles que están en estado ruinoso pertenecen a varios familiares, lo que dificulta su rehabilitación y posterior ocupación.
