El Gobierno de Ecuador ordenó la evacuación de las zonas ribereñas y el de Chile, las inundables

La alerta se extendió desde Asia hasta la costa oeste de América

Las primeras olas del tsunami originado por el potente terremoto que sacudió ayer Japón llegaron a Hawai con menor fuerza de la esperada, aunque todos los países americanos ribereños del Pacífico se declararon en alerta.
Prácticamente toda la costa oeste del continente americano, desde Canadá a Chile, estaba en alerta a última hora de ayer ante la posibilidad de grandes olas y una crecida del nivel del mar que ponga en peligro a las poblaciones que habitan en zonas de litoral. En la mayoría de los casos las alertas son de tipo preventivo (verde). Sin embargo, el Gobierno de Ecuador decretó el estado de excepción y ordenó la evacuación de todas las zonas costeras.

El archipiélago estadounidense de Hawai fue el primer territorio de un país americano al que llegaron las olas del tsunami, que, según los expertos, puede desarrollar una velocidad de unos 500 kilómetros por minuto. Gerard Fryer, del Centro de Advertencia de Tsunamis del Pacífico, dijo a la emisora local KHON que la mayor altura registrada en las primeras olas llegadas a la isla hawaiana de Kauai fue de un metro.

Los expertos habían advertido de la posibilidad de olas de hasta dos metros en Hawai (las que arrasaron el puerto japonés de Sendai tras el terremoto de ayer fueron de hasta 10 metros). No obstante, los expertos advirtieron de que los modelos con los que trabajan demuestran que las primeras olas no son, normalmente, las más poderosas y que todavía era pronto para descartar el riesgo de daños.


EVACUACIONES

Antes de la llegada de las primeras olas se había evacuado a los habitantes de las zonas más próximas al mar en Hawai y otras islas estadounidenses en el Pacífico. El Servicio Nacional de Meteorología de EE.UU. informó de que las olas podían afectar a las costas continentales de California y Oregón.

Por su parte, México esperaba que olas de entre uno y dos metros llegasen a la ciudad de Ensenada, en Baja California, y el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior consideró que el tsunami representa un peligro 'moderado' para el país.

En Ecuador, el Gobierno ordenó la evacuación de todas las zonas costeras del país, donde se suspendieron las clases, y de las Islas Galápagos, situadas a 1.000 kilómetros de la costa americana y donde viven unas 17.000 personas. Los habitantes en esas regiones debieron dejar sus casas y trasladarse a zonas altas.

En Chile, que sufrió un maremoto tras el devastador terremoto de 8,8 grados del 27 de febrero de 2010, el Gobierno ordenó la evacuación de las áreas inundables en las zonas costeras de todo el país y elevó de alerta preventiva a alarma el aviso ante un eventual tsunami en la Isla de Pascua, enclavada en el Pacífico, a unos 3.500 kilómetros del territorio continental. La evacuación solo afecta a los ciudadanos que habiten o que se encuentren dentro de las zonas definidas como inundables.

El presidente de Guatemala, Álvaro Colom, declaró una alerta amarilla en 17 municipios de la costa del Pacífico, y anunció la suspensión de clases en toda esa región.

Más al sur, el Gobierno de Nicaragua decretó una alerta verde, o preventiva, para la zona costera del Pacífico, donde habitan unas 100.000 personas, y movilizó a miles de militares.


LLAMADAS A LA PRECAUCIÓN

Las autoridades de Honduras impusieron una alerta verde en la zona costera del Golfo de Fonseca (Pacífico), donde se esperaba que se sintiesen los efectos del tsunami entre las 20,00 y las 23,00 hora española, y la misma medida estaba en vigor en Costa Rica.

La viceministra de Educación de Panamá, Mirna de Crespo, anunció que las escuelas situadas en las costas del Pacífico suspendieron las clases hacia las 21,00 GMT. La misma medida regía a última hora de ayer en las áreas costeras de ocho departamentos de El Salvador, cuyo Gobierno llamó a la población a tomar medidas de precaución y alejarse de esas zonas.

Las autoridades de Colombia, emitieron una alerta de tsunami para sus costas del Pacífico, aunque sin orden de evacuación, ya que consideran que el único efecto en el país será un fuerte oleaje. En Perú, el nivel de alerta era amarillo, y su Gobierno decidió esperar a confirmar la llegada del maremoto para evacuar zonas de costa.

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