El partido Egipcios Libres, mayoritario entre el bloque laico, criticó también el reparto de comida y bebida entre los votantes

La compra de votos ensombrece la masiva afluencia a las urnas egipcias

Una mujer egipcia ejerciendo su derecho al voto. (Foto: ANDRE PAIN)
Los egipcios acudieron ayer en masa a votar en la primera jornada del 'maratón' electoral para elegir a su Parlamento, aunque las irregularidades ensombrecieron la fiesta y trajeron a la memoria viejas costumbres propias de anteriores elecciones. Los egipcios esperaron con paciencia en largas colas durante horas para poder votar en los que se presentaban como los primeros comicios libres del país, tras la renuncia del expresidente Hosni Mubarak en febrero pasado.
Los temores que planeaban sobre la seguridad se disiparon desde la apertura de los colegios con un ambiente predominantemente pacífico. Sin embargo, las infracciones electorales y el caos que se vivió en muchos colegios pusieron en evidencia los obstáculos que aún deberá afrontar la transición hacia la democracia en Egipto. Según denunciaron partidos políticos, se registraron casos de compra de votos en diferentes ciudades, así como claras violaciones de la Ley Electoral.

El director de Operaciones del partido Egipcios Libres -el más importante del laico Bloque Egipcio-, Walid Daudi, explicó que su formación registró 'muchísimas irregularidades', entre ellas 'la compra de votos en todas las provincias'. 'Recibimos quejas de gente denunciando la compra de votos, en algunos colegios hay personas repartiendo comida y bebida entre los votantes, y en otros se les paga dinero directamente', dijo Daudi.

De la misma forma, el Partido Libertad y Justicia (PLJ), brazo político del movimiento islamista de los Hermanos Musulmanes y gran favorito para las elecciones, denunció en su página de Facebook que en Alejandría se registró al menos un caso de compra de votos.

Además, varios testigos, entre ellos periodistas, pudieron comprobar como un hombre de mediana edad apostado a la entrada de una mesa electoral entregaba dinero de forma subrepticia a una persona que acababa de depositar sus papeletas en la urna del colegio Samaya del popular barrio cairota de Bulaq.

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