Damasco libera a 1180 detenidos en maniobra previa a suspensión de Liga Árabe

El régimen de Damasco liberó hoy a más de 1.100 presos detenidos durante las protestas contra el presidente sirio, Bachar al Asad, en un gesto que se produce horas antes de que entre en vigor la suspensión de Siria de la Liga Árabe y en medio de un recrudecimiento de la violencia.

Con la excarcelación de 1.180 arrestados implicados en la revuelta sin delitos de sangre, las autoridades tratan, según la oposición, de ganar tiempo y evitar que mañana comience su suspensión de la organización panárabe, decidida el pasado sábado en El Cairo por la mayoría de estados miembros.

El miembro de la plataforma opositora Consejo Nacional Sirio (CNS) Hozam Ibrahim dijo a Efe que la liberación de los presos es 'una maniobra más del régimen'.

Ibrahim también indicó que no disponen de listas con los nombres de los liberados, por lo que no pueden confirmar que se trate de activistas, opositores o gente implicada en las protestas contra Al Asad.

Además, la cifra es insignificante si se compara con el total de detenidos por los servicios secretos sirios en relación con la revuelta, que, según Ibrahim, asciende a más de 20.000 personas.

Para el miembro del CNS, Damasco busca mostrar 'una cara amable' con vistas a la reunión de mañana en Rabat de los ministros de Exteriores árabes, que examinarán si Siria ha cumplido con las exigencias del plan árabe.

Pese a la liberación de los detenidos, la violencia no ha cesado en Siria y las fuerzas de seguridad siguen desplegadas en las calles, pese a que los otros dos principales requisitos recogidos en la hoja de ruta propuesta por la Liga Árabe eran justamente el fin de la violencia y la vuelta a sus cuarteles de las fuerzas de seguridad.

Más de un centenar de personas han fallecido en los últimos dos días en distintos puntos de Siria, que se suman a los más de 3.500 muertos desde el comienzo de las revueltas, en marzo pasado, según las últimas cifras de Naciones Unidas.

Los grupos opositores denunciaron hoy la muerte de un total de 50 civiles ayer en incidentes que se prolongaron hasta altas horas de la noche.

Además, el lunes fallecieron 34 policías y soldados en choques en la provincia meridional de Deraa contra supuestos militares desertores, entre los que hubo al menos doce muertos.

Hoy, los Comités de Coordinación Local informaron de que al menos once civiles fallecieron en el país por la represión: cinco en Idleb (norte), tres en Hama (centro) y tres en Homs (centro), los principales bastiones de la oposición a Al Asad.

Entre las víctimas hay dos menores: uno de ellos murió por los disparos de las fuerzas de seguridad en el pueblo de Abu Rabes, en Hama; mientras que el otro falleció en el municipio de Kafruma, en Idleb, donde los seguidores del presidente sirio han impuesto el toque de queda y se han oído explosiones.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, en Kafruma se registran hoy enfrentamientos entre el ejército y supuestos militares disidentes, que han causado la muerte de catorce uniformados leales al régimen.

Además, en la ciudad de Homs, unos 19 cadáveres no identificados llegaron hoy al Hospital Nacional, que podrían pertenecer a ciudadanos secuestrados por los 'shabiha' (paramilitares al servicio del régimen) en los últimos dos días.

Todos estos actos muestran la otra cara del régimen de Al Asad, que, según Ibrahim, no tiene buenas intenciones ni piensa cumplir con las exigencias árabes de cesar la violencia.

'El régimen no responderá al plan de la Liga Árabe', apostilló el opositor, en un mensaje claro para que los jefes de la diplomacia árabe confirmen mañana la suspensión de Siria del organismo.

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