El descontento social, causa de la violencia popular contra las instituciones en Bosnia

La violenta ola de protestas sociales, con decenas de miles de personas en las calles de una treintena de ciudades de toda Bosnia, tiene sus orígenes en la pobreza, el desempleo, la falta de perspectivas y la frustración con una clase política considerada como corrupta e ineficaz.
Según Aldin Siranovic, uno de los iniciadores de las protestas, 'la gente, hambrienta, sin sus derechos, hartos de la injusticia, del nepotismo, de políticos arrogantes, ha salido a las calles'. Siranovic lanzó las protestas en Tuzla, en el noreste del país, con la creación de un grupo en Facebook bajo el lema 'Golpe', con el que llama a los ciudadanos a expresar públicamente su descontento. Los descontentos bosnios, sean serbios, croatas o musulmanes, se han lanzado por primera vez mensajes de apoyo unos a otros.

Todo comenzó el miércoles pasado con los trabajadores de los complejos industriales arruinados en Tuzla, y su rebelión se propagó por todo el país en pocos días, estallando con máxima fuerza el viernes. Fueron incendiados los edificios de los gobiernos locales de Sarajevo, Tuzla, Zenica, Bihac y Mostar.

'Es la única forma de cambiar algo. A estos 'animales' solo les puedes quitar el poder a pedradas', señala Haris, un sarajevita de 33 años, que en la jornada de ayer también protestó ante la Presidencia. 'Están allí solo para estar sentados y cobrar enormes salarios, mientras que la gente pasa hambre', cuenta.

La mitad de los empleados bosnios, unas 180.000 personas, trabajan en administración pública, mientras que el resto malvive desempleada o con salarios de apenas 400 euros de media por mes.

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