FARC niegan ser narcotraficantes y denuncian connivencia oficial con carteles

Las FARC negaron hoy ser narcotraficantes y denunciaron una 'connivencia' de mandos del Ejército y la Policía de Colombia con los carteles de la droga.
'Las FARC somos revolucionarios, no narcotraficantes', expresa la jefatura del Bloque Occidental Comandante Alfonso Cano de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, que actúa en la zona del Pacífico, en un comunicado publicado en su página de internet.

La principal guerrilla colombiana añade que 'ya se ha hecho costumbre inveterada de los altos mandos militares y policiales, ante su incapacidad o complicidad para poner fin al fenómeno del narcotráfico, salir a declarar sin mayor fundamento y ninguna prueba que todo rústico 'chongo' (caseta), cargamento de coca, base de coca o marihuana pertenece a las FARC'.

Ese grupo de la guerrilla se refirió en concreto a la incautación el pasado 25 de marzo de 1.600 kilos de marihuana que eran trasladados desde el Cauca (suroeste) e iban a ser distribuidos en Bogotá.

Según las FARC, ese decomiso se registró en el municipio de Melgar, ubicado a medio camino y 'cerca al cantón militar de Tolemaida', donde el Gobierno investiga desde diciembre pasado un supuesto cartel de drogas dentro del Ejército tras el hallazgo de 25 kilos de marihuana en un avión militar y de otros 79 en el vehículo particular de un soldado.

Al día siguiente de la interceptación de la droga, la Policía reportó el decomiso de otros 7.726 kilos de marihuana en dos camiones que también hacían la ruta desde el Cauca a Bogotá y que el director de esa institución, José Roberto León Riaño, dijo que pertenecían al Frente Sexto de las FARC.

'Rechazamos enfática y categóricamente tales acusaciones sin fundamento del comandante de la Policía', agregó el grupo subversivo en el comunicado, que calificó de 'estrategia orientada a socavar el prestigio de la organización revolucionaria'.

Condena que esta campaña de descrédito tome fuerza cuando las FARC y el Gobierno negocian en La Habana, desde el pasado mes de noviembre, una salida política al conflicto armado.

'Ni los cargamentos son nuestros, ni somos narcotraficantes', prosiguió el grupo al justificar que los campesinos de los departamentos del Valle del Cauca, Chocó, Cauca y Nariño siembran coca, marihuana y amapola como consecuencia de 'un orden agrario injusto' y del 'abandono oficial'.

La guerrilla se preguntó cómo esos grandes cargamentos 'pueden atravesar sin problema el masivo y tupido cordón militar y policial que cubre esta región, donde hay desplegados más de 32.000 agentes de la fuerza pública.

'Lo que ocultan (las autoridades) es la directa connivencia de los mandos del Ejército y la Policía con los carteles del narcotráfico. De otra manera, no se explica cómo es posible sacar toneladas de marihuana de Corinto, o de pasta base de Caloto, superando multitud de retenes, perros amaestrados y otras medidas de control', subrayó el grupo insurgente.

Las autoridades afirman que las FARC abarcan varias etapas en el negocio ilegal del narcotráfico, mientras que sus portavoces han insistido desde La Habana en que su participación consiste en cobrar un 'impuesto' a los campesinos que tienen cultivos ilícitos en territorios que la guerrilla controla.

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