El heredero al trono jordano visitó Jerusalén en secreto

El heredero al trono de Jordania, el príncipe Hussein, visitó hoy en secreto la explanada de las mezquitas de Jerusalén, informaron a Efe fuentes policiales israelíes.

(Actualiza con nuevos datos de la visita)

Hussein, de 18 años, llegó a la explanada, donde se encuentra la mezquita de Al-Aqsa, la tercera más importante en la jerarquía del islám, escoltado por agentes israelíes.

Fuentes de la Policía indicaron que Israel se enteró de la visita a su llegada, y que nadie les había puesto al tanto de antemano porque lo hizo como invitado del Waqf Islámico de Jerusalén, el organismo que custodia los lugares santos musulmanes.

En declaraciones a una radio de Nazaret, Azam al-Khatib, director general del Waqf, confirmó que el heredero jordano había estado en la Explanada junto a un 'importante clérigo árabe', y que su propósito fue rezar en el lugar, 'nada que ver con política', informa el Haaretz.

Sin embargo, las fuentes policiales israelíes explicaron que Hussein observó una zona a los pies de la famosa mezquita, en la llamada explanada del Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado para el judaísmo y en el que Israel planea hacer reformas.

Se trata de una zona arqueológica bajo la llamada rampa de los Mugrabíes, uno de los accesos a la Explanada de las mezquitas, y que en el pasado ha provocado serias protestas por el impacto que cualquier obra pueda tener en los cimientos de Al-Aqsa.

Una fuente palestina oficial citada por la edición en internet del diario Yediot Aharonot agregó que el heredero jordano también tenía previsto visitar esta tarde la Cueva de los Patriarcas de Hebrón, aunque no la parte musulmana sino únicamente la judía.

La visita a este último lugar no ha podido ser confirmada por las fuentes policiales israelíes.

Las tradiciones musulmanas, cristianas y judías fijan en esa cueva el lugar de reposo de los patriarcas Abraham, Jacob e Isaac, así como sus respectivas mujeres: Sara, Rebeca y Lea.

Por la santidad de ambos lugares, las visitas de personalidades extranjeras son altamente sensibles, en particular porque ambos están bajo control israelí y cualquier presencia extranjera de la mano de Israel despierta el recelo entre los palestinos que los reclaman como suyos.

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