El hijo de uno de los españoles asesinados en México culpa del crimen a la policía

Amador Montoya, el hijo de uno de los dos españoles asesinados en Culiacán (México) el 4 de mayo, reprochó ayer al Gobierno y a las autoridades mexicanas que no les hayan prestado ninguna ayuda para repatriar los cuerpos de sus familiares, cuyos trámites han costeado con el dinero de amigos.
'Nadie nos ha ayudado, ni siquiera nos informaron. Todo lo hemos tenido que pagar nosotros con aportaciones de amigos y de la iglesia evangelista', aseguró ayer el hijo de José Montoya, de 58 años, que fue hallado muerto junto al también español Fernando Carmona, de 57, en el interior de un coche esposados y con varios disparos en el cuerpo.

Sobre las investigaciones para esclarecer el doble asesinato, Amador explicó que no hay ningún avance por el momento, aunque quiso dejar claro que su padre 'ni era narcotraficante ni ha sido asesinado por un ajuste de cuentas'. 'Mi padre era un simple vendedor ambulante de chaquetas y cuadros. No tenía dinero ni para volverse a España', añadió Amador.

Montoya tacha de 'extraño' el doble asesinato y cree que la policía mexicana puede estar detrás del mismo, ya que su padre tenía una diligencia judicial pendiente de diciembre por el supuesto robo de un vehículo. En su opinión, pudo ser la propia policía la que ordenara su secuestro y que 'al verse presionados por la denuncia de desaparición decidieran ejecutarlos'.

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