La Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado (ODHA) informó de que al menos 400 menores han muerto en Guatemala en los primeros nueve meses de este año, mientras que en todo el año 2008 la cifra de asesinatos de menores alcanzó las 493.
En su informe sobre la situación de la infancia en Guatemala en el 2008, presentado a la prensa, la ODHA indicó que de los 400 menores asesinados entre enero y septiembre pasados, el 52 por ciento de ellos fueron víctimas de armas de fuego.
En ese periodo, se registró un promedio de 1,46 muertes de menores diarias, muy similar al 1,5 que hubo en el mismo periodo de 2008, señaló la fuente.
En su informe, la organización humanitaria de la Iglesia Católica dijo que en 2008 fueron asesinados al menos 493 niños y sostiene que en el país existe una cultura de violencia y de intolerancia por la integridad personal.
Según el coordinador del Area de Cultura y Paz de la ODHA, Carlos Chacón, las estadísticas de muertes de menores en Guatemala representan un panorama 'desesperanzador', porque los niños deberían de estar en centros educativos y no en las calles.
En Guatemala, según han reconocido las autoridades, se registra en general un promedio de 17 asesinatos cada día, la mayoría atribuidos a las temidas pandillas juveniles y al crimen organizado como el narcotráfico.
En ese periodo, se registró un promedio de 1,46 muertes de menores diarias, muy similar al 1,5 que hubo en el mismo periodo de 2008, señaló la fuente.
En su informe, la organización humanitaria de la Iglesia Católica dijo que en 2008 fueron asesinados al menos 493 niños y sostiene que en el país existe una cultura de violencia y de intolerancia por la integridad personal.
Según el coordinador del Area de Cultura y Paz de la ODHA, Carlos Chacón, las estadísticas de muertes de menores en Guatemala representan un panorama 'desesperanzador', porque los niños deberían de estar en centros educativos y no en las calles.
En Guatemala, según han reconocido las autoridades, se registra en general un promedio de 17 asesinatos cada día, la mayoría atribuidos a las temidas pandillas juveniles y al crimen organizado como el narcotráfico.
