Los indignados de Londres dicen a autoridades e Iglesia que no se van

Manifestantes anticapitalistas protestan en los alrededores de la Catedral de San Paul en Londres.
Los indignados londinenses, que cumplen trece días acampados ante la catedral de San Pablo, insistieron hoy que no se marcharán pese a las presiones de la jerarquía anglicana y las autoridades locales, que buscan fórmulas para desalojarlos.

Ramón AbarcaUn centenar de manifestantes anticapitalistas que resisten bajo la lluvia delante del templo protestante, en pleno distrito financiero, están protagonizando un incómodo enfrentamiento con los responsables de la catedral, que se vio obligada a cerrar sus puertas el viernes 21 por seguridad.

Tras una semana sin recibir turistas y feligreses, algo que no sucedía desde la II Guerra Mundial, San Pablo anunció hoy que mañana abrirá sus puertas, pero el obispo de Londres, Richard Chartres, volvió a pedir a los 'indignados' que 'recojan sus tiendas voluntariamente'.

'Nos quedaremos el tiempo que sea necesario. Hasta que cambie este sistema corrupto', afirmó hoy a Efe uno de los acampados, que se hace llamar Johnny Love, en plena City o centro financiero de Londres.

Otra 'indignada' británica, Linsey Smith, está de acuerdo: 'No pensamos irnos. Si la policía intenta echarnos resistiremos pacíficamente, con el sistema que utilizaba Ghandi'.

En un principio, el movimiento anticapitalista planeaba instalarse delante del edificio de la Bolsa de Londres, pero al tratarse de una propiedad privada la policía no se lo permitió, por lo que acamparon muy cerca, a los pies de la catedral.

La proliferación de tiendas de campaña y manifestantes provocó el pasado viernes el cierre del templo, ya que las autoridades municipales consideraban que peligraba la seguridad de los visitantes.

Desde entonces, los responsables de la catedral, que aseguran perder unos 18.000 euros al día por su clausura, han pedido en muchas ocasiones a los acampados que se vayan, aunque reconocen entender el fondo de sus argumentos.

Ante la negativa de los indignados, los responsables catedralicios han tenido que buscar una alternativa a los problemas de seguridad y hoy han anunciado que el templo volverá a abrir este viernes sus puertas para los turistas, que pagan 14 libras (unos 16 euros) por la entrada, y para los feligreses.

Para ello, se ha decidido instalar un pasillo alternativo de evacuación y se prevé reubicar la cocina del campamento y el lugar donde se aparcan las bicicletas de los manifestantes, que obstruían parte de la entrada del templo.

Sin embargo, la protesta y el enfrentamiento con los indignados ha dejado mella en la Iglesia Anglicana, ya que el canónigo de la catedral dimitió hoy por discrepancias en la forma de gestionar la situación.

'Lamento mucho y siento tristeza al renunciar a mi puesto en la catedral de San Pablo', dijo en la red social Twitter Giles Fraser, que no ve con buenos ojos que sus superiores intenten echar a los manifestantes.

Los indignados agradecieron hoy el gesto y uno de ellos aseguró a Efe: 'Está de nuestro lado, ha renunciado esta mañana oficialmente porque la policía y el Gobierno han presionado a la Iglesia para que nos vayamos'.

A los acampados les queda ahora salvar otro escollo: el posible desalojo por parte de las autoridades locales de la City, que estudian medidas legales para hacerlo.

Pero no todo son muestras de rechazo e incomprensión para unos manifestantes, mayoritariamente jóvenes, que enseñan pancartas con lemas como 'Libertad de expresión' o 'Recicla el capitalismo'.

Frente a la escalinata de la catedral, los indignados mantienen bajo la lluvia, sin ninguna protección, una supuesta instalación del cotizado artista callejero Bansky.

Los acampados aseguran que personas del entorno del grafitero británico llegaron hace unos días con la obra, un juego del 'Monopoly' de gran tamaño, para mostrar su apoyo al movimiento.

De momento son muchas las dudas sobre la autenticidad de la instalación, sobre la que hoy caía la lluvia y que podría valer miles de euros si procede de las manos de Bansky.

'Si auténtica, es emocionante y, si no lo es, atrae a la prensa, así que está bien en cualquier caso', señaló Johnny, que no descarta venderla para apoyar económicamente al movimiento si Bansky 'está de acuerdo'.

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