Odinga será designado primer ministro y las carteras se repartirán en función de la representación parlamentaria de cada partid

Kibaki y Odinga ponen fin a la crisis con un acuerdo para la creación de un gobierno de unidad nacional

Momento de la firma del acuerdo.
El presidente keniano, Mwai Kibaki, y el líder de la oposición, Raila Odinga, llegaron hoy a un acuerdo para la formación de un gobierno de unidad nacional en el que sus respectivos partidos ocuparán un número determinado de carteras en función de su representación parlamentaria. Además, según anunció Kofi Annan, han accedido a la creación del puesto de primer ministro.

La firma del acuerdo fue televisada y permitirá que Odinga sea elegido primer ministro, como había venido reclamando su Movimiento Democrático Naranja (ODM) desde que estalló la crisis, al ser reelegido Kibaki en las elecciones del 27 de diciembre, que la oposición considera fraudulentas. La ola de violencia desatada a continuación dejó más de 1.000 muertos y 300.000 desplazados.

El nuevo primer ministro tendrá autoridad para supervisar y coordinar la ejecución de los asuntos de gobierno, y deberá ser miembro electo del Parlamento y líder del partido con más representantes, según el acuerdo, lo que viene a traducirse en la persona de Odinga. Tanto su cargo como el de los dos viceprimeros ministros --uno de cada partido-sólo podrán ser destituidos por la Asamblea Nacional por mayoría.

Además del nuevo puesto para el líder opositor, que éste había buscado desde que ayudó a Kibaki en su elección por primera vez en 2002, el acuerdo contempla un reparto de los puestos en el gabinete en función del número de representantes que cada partido tenga en el Parlamento, lo que beneficia al ODM, que cuenta con una mayoría de diputados.

‘Era necesario el compromiso para la supervivencia de este país’, subrayó Annan tras la firma del acuerdo, que le ha costado más de un mes conseguir ante la obstinación de ambas partes en sus posiciones.

‘Encomiendo a todos aquellos cuyos esfuerzos han hecho esto posible (...) a que mantengan el futuro de Kenia siempre en mente y adopten una posición común para el bien de la nación’, añadió.

El acuerdo también incluye una revisión completa de la Constitución, documento que se remonta a hace 45 años y que muchos kenianos pedían que se enmendara desde los 90 ya que da al presidente casi total autoridad sobre los asuntos de estado.

Las conversaciones sentaron a la misma mesa a Odinga y Kibaki por primera vez en un mes, después de que las conversaciones entre sus partidos llegaran a un punto muerto a principios de esta semana.

‘Como nación, hay más cuestiones que nos unen que nos dividen. Se nos ha recordado que debemos hacer todo lo que esté en nuestro poder para salvaguardar la paz que es el fundamento de nuestra unidad nacional (...) Kenia tiene espacio para todos nosotros’, afirmó Kibaki en un discurso después de la firma del acuerdo. El presidente ha convocado al Parlamento el próximo jueves para aprobar la enmienda constitucional que permita aplicar los cambios.

‘Hemos abierto un nuevo capítulo en nuestra historia, (pasando) de la era de la confrontación al inicio de la cooperación’, señaló por su parte Odinga. ‘Deberíamos comenzar a asegurarnos de que los kenianos comienzan a celebrar y a quererse los unos a los otros y que destruimos el monstruo llamado etnicidad’, añadió.

La violencia alcanzó un carácter marcadamente étnico, puesto que Kibaki es miembro de la etnia kikuyu mientras que Odinga forma parte de la etnia luo, lo que llevó a enfrentamientos entre miembros de sus respectivos grupos.

En el bastión de la oposición de Kisumu, en la orilla del lago Victoria en el oeste del país, los habitantes se echaron a las calles para celebrar el acuerdo, según testigos. En la capital, sin embargo, la Policía tuvo que disparar gases lacrimógenos para dispersar a partidarios de Odinga que celebraban el acuerdo cerca de la oficina del presidente.

La crisis estalló después de que Kibaki prestara juramento de su cargo el 30 de diciembre y Odinga denunciara que los comicios habían sido fraudulentos. Kibaki asegura que ganó de manera limpia y acusó a su rival de incitar a la violencia y la revuelta en lugar de acudir a los tribunales para revocar los resultados, los más ajustados en la historia del país.

Las protestas degeneraron en disturbios y saqueos que se encontraron con una dura respuesta policial. Además, también estallaron simultáneamente ataques por partidarios de la oposición contra los miembros de la tribu kikuyu de Kibaki. Se calcula que más de mil personas murieron en la ola de violencia. La oposición había amenazado con retomar hoy las protestas ante la ausencia de avances en las conversaciones, pero finalmente Odinga las desconvocó ayer después de que Annan se lo pidiera.

EEUU Y REINO UNIDO SE FELICITAN Tanto Estados Unidos como Reino Unido, antigua potencia colonial, se han felicitado por el acuerdo. ‘Estamos encantados’, señaló el portavoz del Departamento de Estado norteamericano, Tom Casey. El acuerdo ‘permite al pueblo keniano avanzar con una cuestión básica de gobernanza’, añadió.

Por su parte, el primer ministro británico, Gordon Brown, destacó que ‘el sentido común ha prevalecido’. ‘El verdadero liderazgo, paciencia y tolerancia es necesario para garantizar que el acuerdo se mantiene’, añadió, indicando que Reino Unido está dispuesto a acoger una conferencia internacional de donantes.

‘Nosotros estaremos preparados en Londres para acoger una conferencia de donantes que asegure que Kenia tiene las mejores opciones para aplicar este acuerdo de reparto de poder, restaurar el turismo y conseguir que la economía se ponga en marcha de nuevo’, señaló.

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