El presidente de Kirguizistán, Kurmanbek Bakiyev, declaró un día de luto nacional por las 65 víctimas del accidente aéreo ocurrido ayer en el aeropuerto de Manas, situado a las afueras de la capital kirguiza, Bishkek.
Las banderas ondearán a media asta en los edificios oficiales y los cines, teatros y espectáculos del país cancelarán sus sesiones de hoy como señal de respeto a los fallecidos.
Está previsto que Rusia envíe expertos en accidentes aéreos para colaborar con las autoridades de esta república ex soviética en la investigación del siniestro del Boeing 737-200 de la compañía kirguiza Itek-Air con destino a Irán que ayer se estrelló poco después de despegar con unas 90 personas a bordo.
El Gobierno kirguizo ha descartado ya que se trate de un atentado terrorista, según informa la agencia de noticias Interfax. Los supervivientes, catorce kirguizos y once iraníes, han relatado que una bola de fuego envolvió el aparato poco después de despegar.
Uno de los heridos explicó en declaraciones a la televisión estatal kirguiza que una fuerte explosión sacudió el fuselaje del avión poco después de que pudiera escapar del aparato. 'Cuando mi amigo salió corriendo su ropa aún estaba en llamas', dijo. Las fotografías publicadas por la agencia estatal Kabar muestran el fuselaje humeante y varios fragmentos dispersos por el suelo.
Trabajadores del aeropuerto que vieron los restos del avión aseguraron que la cola es la única parte del mismo que quedó intacta. Aún se desconoce la causa del accidente, aunque el primer ministro del país, Igor Chudinov, indicó anoche que los primeros informes apuntan a una despresurización repentina de la cabina, lo que obligó al piloto a solicitar el aterrizaje de emergencia.
El aparato pertenecía a la empresa kirguiza, pero había sido contratado por una empresa iraní para un vuelo chárter con destino a Teherán. 'Despegó e informó de un problema técnico e intentó regresar al aeropuerto', declaró una portavoz del aeropuerto de Manas, situado a unos 30 kilómetros de Bishkek.
Un portavoz gubernamental reveló además que en el avión viajaban 17 adolescentes de un equipo juvenil de baloncesto kirguizo. Siete de ellos sobrevivieron y se encuentran ingresados en un hospital.
Las autoridades apuntan a que la violencia de las llamas fue tal que es probable que muchas de las víctimas no puedan ser identificadas. 'Cuando el avión se incendió una de sus puertas estaba bloqueada y todos se dirigieron apresuradamente a otra puerta', indicó un portavoz gubernamental. 'Hubo una estampida y muchos de los que iban a bordo no podrán ser identificados mediante pruebas de ADN, simplemente quedaron carbonizados', dijo.
El ministro de Transportes, Nurlan Sulaimanov, indicó que el avión, construido en 1979, estaba en buenas condiciones y que había pasado una revisión hace sólo dos meses. Sin embargo, la compañía propietaria del aparato, Itek-Air, está incluida en la lista negra de aerolíneas que tienen prohibido operar en la Unión Europea.
Está previsto que Rusia envíe expertos en accidentes aéreos para colaborar con las autoridades de esta república ex soviética en la investigación del siniestro del Boeing 737-200 de la compañía kirguiza Itek-Air con destino a Irán que ayer se estrelló poco después de despegar con unas 90 personas a bordo.
El Gobierno kirguizo ha descartado ya que se trate de un atentado terrorista, según informa la agencia de noticias Interfax. Los supervivientes, catorce kirguizos y once iraníes, han relatado que una bola de fuego envolvió el aparato poco después de despegar.
Uno de los heridos explicó en declaraciones a la televisión estatal kirguiza que una fuerte explosión sacudió el fuselaje del avión poco después de que pudiera escapar del aparato. 'Cuando mi amigo salió corriendo su ropa aún estaba en llamas', dijo. Las fotografías publicadas por la agencia estatal Kabar muestran el fuselaje humeante y varios fragmentos dispersos por el suelo.
Trabajadores del aeropuerto que vieron los restos del avión aseguraron que la cola es la única parte del mismo que quedó intacta. Aún se desconoce la causa del accidente, aunque el primer ministro del país, Igor Chudinov, indicó anoche que los primeros informes apuntan a una despresurización repentina de la cabina, lo que obligó al piloto a solicitar el aterrizaje de emergencia.
El aparato pertenecía a la empresa kirguiza, pero había sido contratado por una empresa iraní para un vuelo chárter con destino a Teherán. 'Despegó e informó de un problema técnico e intentó regresar al aeropuerto', declaró una portavoz del aeropuerto de Manas, situado a unos 30 kilómetros de Bishkek.
Un portavoz gubernamental reveló además que en el avión viajaban 17 adolescentes de un equipo juvenil de baloncesto kirguizo. Siete de ellos sobrevivieron y se encuentran ingresados en un hospital.
Las autoridades apuntan a que la violencia de las llamas fue tal que es probable que muchas de las víctimas no puedan ser identificadas. 'Cuando el avión se incendió una de sus puertas estaba bloqueada y todos se dirigieron apresuradamente a otra puerta', indicó un portavoz gubernamental. 'Hubo una estampida y muchos de los que iban a bordo no podrán ser identificados mediante pruebas de ADN, simplemente quedaron carbonizados', dijo.
El ministro de Transportes, Nurlan Sulaimanov, indicó que el avión, construido en 1979, estaba en buenas condiciones y que había pasado una revisión hace sólo dos meses. Sin embargo, la compañía propietaria del aparato, Itek-Air, está incluida en la lista negra de aerolíneas que tienen prohibido operar en la Unión Europea.
