Las inundaciones obligaron al desalojo de 150.000 personas desde julio

Las lluvias elevan a 384 los muertos en Tailandia

Las autoridades de Tailandia elevaron ayer a 384 el número de muertos por las inundaciones que han anegado parte de la capital y afectan al norte y centro del país desde finales de julio. El Departamento para la Prevención y Mitigación de Desastres señaló ayer que el agua continúa estancada en 147 comarcas de un total de 26 provincias, con 2.110.152 personas damnificadas. Las autoridades planean drenar en los próximos diez días los 5.500 millones de metros cúbicos de agua contenidos con barreras para evitar la inundación del centro de Bangkok.
El centro de operaciones contra las inundaciones indicó que desviarán 550 millones de metros cúbicos diarios hasta el mar a través del río Chao Praya y los canales a través del las áreas del este y el oeste de la capital.

Ayer, la primera ministra, Yingluck Shinawatra, declaró superado el peligro de que el agua que ya ha anegado al menos 15 distritos periféricos de Bangkok afecte a los barrios del centro financiero y comercial, que han visto paralizada la actividad de miles de empresas como Honda, Toyota o el fabricante de discos duros Western Digital.

Bangkok, una metrópoli de contrastes en circunstancias normales, ofrece ahora uno más: una zona central seca en la que no ha desaparecido el bullicio y una periferia completamente anegada.

El Ministerio de Sanidad hanalertado del creciente riesgo de que se desate una ola de enfermedades en las áreas inundadas, especialmente en las del casco urbano por la ingente cantidad de basura que genera a diario. 'El agua arrastra podredumbres y por eso existe el riesgo de que surjan enfermedades contagiosas por contacto con esta, además de casos de diarrea e infecciones cutáneas ', advirtieron las autoridades sanitarias.


LAS PEORES EN MEDIO SIGLO

Estas inundaciones, las peores registradas en el país asiático en medio siglo, han obligado a más de 150.000 personas a refugiarse en improvisados centros de acogida. El desastre comenzó a finales del pasado julio con el desbordamiento de ríos y pantanos del norte y la región central, a causa de las copiosas lluvias del monzón y de tres tormentas tropicales seguidas.

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