Marruecos expulsa a 4 evangelistas españolas y a una alemana por proselitismo

El Gobierno de Marruecos expulsó del país a cuatro evangelistas españolas y a una alemana por haber llevado a cabo acciones de proselitismo, informaron fuentes cercanas a la investigación.
Fuentes del consulado español en Casablanca confirmaron que las cinco expulsadas eran mujeres, que podrían ser consideradas más como 'propagandistas' que como misioneras, y formaban parte de un grupo de 17 personas entre las que había también ciudadanos marroquíes y un iraquí.

Las cinco mujeres fueron expulsadas del país esta mañana por el puesto fronterizo de Tánger a bordo de un ferry con destino a Tarifa, después de haber sido interpeladas este sábado por miembros de la Policía Judicial de Casablanca.

Según fuentes cercanas a la investigación, las expulsadas fueron pilladas en 'flagrante delito' mientras se encontraban en un acto de 'proselitismo' en un céntrico apartamento de la capital económica marroquí.

En el lugar del encuentro, según añadió un comunicado del Ministerio del Interior difundido por la agencia MAP, los agentes se incautaron de numeroso material de propaganda evangélica, incluidos libros, cintas de vídeo en árabe y otros objetos de culto.

Tanto la Embajada española en Rabat, como los consulados de Tánger y Casablanca aseguraron que el Gobierno marroquí no se puso en contacto con ellos para informarles de la medida.

Fuentes diplomáticas españolas destacaron la discreción con la que se ha llevado a cabo la expulsión y precisaron que 'no hay que ver en esta acción ningún tipo de enfrentamiento político' entre los dos países.

Asimismo, apuntaron como probable el hecho de que las cuatro españolas no vivieran en el país, sino que hubieran viajado recientemente a Marruecos.

Las fuentes cercanas al caso explicaron que la rapidez con que se procedió a su expulsión se debe a que la ley marroquí no prevé que haya juicios en estos casos, y señalaron que los agentes actuaron conforme a lo establecido en la normativa del país.

Marruecos permite el desarrollo de cultos diferentes a la religión oficial, el islám, pero no la práctica del proselitismo.

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