Medio centenar de gobernantes procedentes de todo el mundo

La cumbre de la OTAN reúne desde ayer en la capital lusa a gobernantes y delegaciones de alto nivel de medio centenar de países. La conferencia se celebra con las más estrictas medidas de seguridad que se han visto nunca en Lisboa, donde la vigilancia adoptada en los últimos tres años para varias cumbres de la UE, África e Iberoamérica parece pequeña ante el despliegue de esta cumbre, que involucra a unas diez mil personas.
La presencia del presidente de EEUU, Barack Obama, se considera una de las principales razones para estas grandes medidas de seguridad, sin precedentes en Portugal, que convirtieron el tráfico en Lisboa, habitualmente denso en los viernes, en un caos.

Antes que Obama el primer invitado de alto nivel en llegar a Lisboa fue, el jueves, el presidente afgano, Hamid Karzai, que protagoniza una de las pocas bilaterales previstas de Obama y participará en la reunión que dedica hoy la OTAN a preparar la salida escalonada de las tropas internacionales de su país.

Además de esta reunión, con los 28 miembros de la Alianza y los otros 20 países con tropas en Afganistán, Lisboa albergará también estos días una cumbre entre Rusia y la OTAN y otra entre EEUU y la UE.

La sede de la FIL, en el complejo de edificios del Parque de las Naciones levantado para la Expo de 1998, donde se reúnen se ha convertido en un recinto amurallado por vallas, alambre de espino y decenas de vehículos de la policía. Pese a que una de las mayores preocupaciones de las autoridades es evitar los violentos disturbios de otras cumbres de la OTAN y del G-20, las organizaciones pacifistas iniciaron ayer su 'contra-cumbre' sin incidentes y con sólo unos centenares de asistentes.

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