Los familiares critican el retraso de los bomberos y la saturación del penal, con 860 reclusos de más

Al menos 81 presos mueren al incendiarse una cárcel chilena

Familiares de los reclusos. (Foto: Ian Salas)
Al menos 81 reclusos murieron en un incendio registrado ayer en una cárcel de Santiago de Chile tras una riña entre presos, en lo que las autoridades ya calificaron como 'la mayor tragedia carcelaria ocurrida en Chile' en los últimos cien años.
La cifra de muertos fue confirmada a Televisión Nacional de Chile (TVN) por el intendente (gobernador) de la región metropolitana de Santiago, Fernando Echeverría, minutos después de que el presidente Sebastián Piñera declarara que el número de víctimas mortales ascendía a 83 personas, dos más de las que figuraban en el primer balance oficial. Echeverría afirmó que la situación en el penal es de 'relativa tranquilidad'.

En tanto, el presidente Piñera, que calificó la desgracia como 'tremenda y dolorosa', afirmó en rueda de prensa que el sistema carcelario chileno 'es una vergüenza que nos afecta a todos' e insistió que es un 'tema heredado del pasado' en alusión a los anteriores gobiernos de la Concertación.

El incendio, según los funcionarios de prisiones, se inició a las 5:30 horas tras una riña entre reclusos que posteriormente quemaron colchones, lo que causó un incendio de grandes proporciones. Cientos de familiares de los reclusos, que se agolparon en las afueras del recinto carcelario, denunciaron a los periodistas que los bomberos tardaron al menos 40 minutos en llegar al recinto carcelario, lo que fue desmentido por Piñera, quien descartó que se hubiera producido un retraso en la asistencia a los presos. Sin embargo, al menos tres reclusos que llamaron a los medios locales criticaron que pese a que las casetas de los funcionarios de prisiones poseen teléfono, la llamada de urgencia a bomberos fue realizada por un preso.


FALTA DE POLICÍAS

El ministro de Justicia, Felipe Bulnes, describió lo sucedido en la cárcel de San Miguel como 'una tragedia terrible' que tiene consternado al país entero y aseguró que se investigará lo sucedido y se actuará rigurosamente con los responsables. En esta línea, el ministro del Interior, Rodrigo Heinzpeter admitió que el hacinamiento en este recinto penitenciario -preparado para albergar a 1.100 presos pero donde había 1.961- es un hecho real y que 'hay que hacerse cargo de los derechos humanos de las personas que están pagando sus errores por la sociedad'.

Algunos presos que se comunicaron telefónicamente con medios locales también criticaron que en el momento del siniestro había sólo cinco guardias resguardando la cárcel, lo que fue desmentido por el presidente Piñera. Los testimonios telefónicos de los reclusos también hablan de vejaciones y malos tratos recibidos por los supervivientes. 'Había 26 gendarmes en el perímetro exterior y seis gendarmes en el interior, que por supuesto no es suficiente', puntualizó Piñera.

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