Al menos una persona murió y otras quince resultaron heridas hoy en dos atentados con coche bomba atribuidos al movimiento separatista islámico en la conflictiva región musulmana del sur de Tailandia.
Según las autoridades locales, una camioneta de cargada con 30 kilos de explosivos causó un muerto e hirió a 13 civiles, uno de ellos de gravedad, al detonar a las 8:07 hora local (1:07 GMT) frente a la Oficina de Salud en la provincia de Pattani.
El Gobierno local indicó que el atentado estaba planeado para causar el mayor número de víctimas posible y el caos en la zona, ya que los insurgentes habían elegido un sitio lleno de gente durante la hora punta de la mañana.
Poco más tarde, en la provincia de Narathiwat, otro atentado con coche bomba hirió a dos soldados que regresaban a su base tras realizar tareas de escolta a maestros de escuela.
Otros cuatro militares salieron ilesos de la explosión, con una carga de 5 kilos y detonada con control remoto, según la policía local.
El pasado 29 de enero, las fuerzas de seguridad mataron por error a cuatro civiles -entre ellos uno de 70 y otro de 18 años- a los que confundieron con insurgentes islámicos cuando se dirigían en camioneta a un funeral en Pattani, lo que suscitó la indignación de los habitantes locales.
Unas 5.000 personas han muerto a causa de la violencia en el sur de Tailandia desde que el movimiento separatista islámico reanudó la lucha armada en 2004, tras una década de escasa actividad
Los ataques con armas ligeras, asesinatos y atentados con explosivos se suceden casi a diario en las provincias de Pattani, Narathiwat y Yala, pese al despliegue de 31.000 agentes de las fuerzas de seguridad y a la declaración del estado de excepción.
Los insurgentes denuncian la discriminación que sufren por parte de la mayoría budista del país y exigen la creación de un Estado islámico que integre estas tres provincias, que configuraron el antiguo sultanato de Pattani, anexionado por Tailandia hace un siglo.
El Gobierno local indicó que el atentado estaba planeado para causar el mayor número de víctimas posible y el caos en la zona, ya que los insurgentes habían elegido un sitio lleno de gente durante la hora punta de la mañana.
Poco más tarde, en la provincia de Narathiwat, otro atentado con coche bomba hirió a dos soldados que regresaban a su base tras realizar tareas de escolta a maestros de escuela.
Otros cuatro militares salieron ilesos de la explosión, con una carga de 5 kilos y detonada con control remoto, según la policía local.
El pasado 29 de enero, las fuerzas de seguridad mataron por error a cuatro civiles -entre ellos uno de 70 y otro de 18 años- a los que confundieron con insurgentes islámicos cuando se dirigían en camioneta a un funeral en Pattani, lo que suscitó la indignación de los habitantes locales.
Unas 5.000 personas han muerto a causa de la violencia en el sur de Tailandia desde que el movimiento separatista islámico reanudó la lucha armada en 2004, tras una década de escasa actividad
Los ataques con armas ligeras, asesinatos y atentados con explosivos se suceden casi a diario en las provincias de Pattani, Narathiwat y Yala, pese al despliegue de 31.000 agentes de las fuerzas de seguridad y a la declaración del estado de excepción.
Los insurgentes denuncian la discriminación que sufren por parte de la mayoría budista del país y exigen la creación de un Estado islámico que integre estas tres provincias, que configuraron el antiguo sultanato de Pattani, anexionado por Tailandia hace un siglo.
