Miembros del Arca de Zoé reciben la primera visita de sus familiares

Christinne Peligat, esposa de uno de los miembros de la ONG 'El Arca de Zoé'.
Los miembros de la ONG gala Arca de Zoé condenados en Chad por intentar llevarse a Francia a 103 niños africanos recibieron hoy la visita de sus familiares en la cárcel de Fresnes, donde fueron encarcelados tras su llegada anoche a París.
Los seis cooperantes, incluido el líder de la ONG y ex bombero voluntario, Eric Breteau, comparecerán el próximo 14 de enero ante el Tribunal Correccional de Créteil (afueras de París), que deberá traducir en derecho francés la pena de ocho años de trabajos forzados dictada contra ellos por una corte chadiana hace tres días.

La fiscalía de Créteil ha pedido que los ocho años de trabajos forzados, un castigo inexistente en el código penal galo, sean reemplazados por otros tantos de prisión.

Los familiares de varios de los cooperantes declararon hoy, tras visitarlos en la prisión de Fresnes, al sur de París, que están resueltos a luchar contra la sentencia.

‘Vamos a luchar. No aceptaremos eso’, dijo ante la prensa Christine Péligat, esposa de uno de los seis, Alain Péligat, quien ha puesto fin a la huelga de hambre emprendida en Chad.

Lucien Lelouch, cuya hija Emilie, también condenada, es la compañera sentimental del líder de la ONG y a la que hoy vio llorar ’por primera vez en la vida’, quiere ’obligar al Gobierno francés a pedir a Chad el derecho de volver a juzgar’ a los seis en Francia.

‘Eso mostrará que son inocentes (...) No contemplamos que sean condenados a estar en prisión’, agregó Lelouch.

Pero la fiscalía de Créteil parece excluir un nuevo juicio, dado que el traslado de los condenados de Chad a Francia ayer, en virtud de un acuerdo de cooperación judicial de 1976, supone la aceptación como ’definitiva’ de la pena dictada por la justicia chadiana.

Para el abogado defensor Gilbert Collard, entrevistado en la emisora ’France Info’, el tema está en si jueces franceses ’van a inclinarse’ ante la decisión de un ’Estado totalitario’, que ’no debe ser validada porque no se conforma a la democracia judicial’.

Según los familiares, dos de los seis cooperantes -el jefe de la ONG, Breteau, y la enfermera Nadia Merrimi-, han sido hospitalizados en la cárcel de Fresnes, mientras que los otros están en celdas, aparentemente en una parte ’privilegiada’ del centro penitenciario.

La esposa del médico Philippe van Winkelberg, otro de los condenados, pudo reunirse con él durante dos horas y lo ha encontrado mucho más delgado, pero mejor de lo que se temía.

‘El va a ser muy combativo (...) ¿cómo puede Francia, el país de los derechos humanos, avalar semejante injusticia y encerrar a un inocente?’, se preguntó la mujer.

Mientras, han aparecido fisuras entre los familiares. Así, la hermana de Dominique Aubry, que era el informático del grupo, dijo que su hermano fue ’engañado por el Arca de Zoé’.

La mujer indicó que el jefe de la ONG había señalado a los miembros del grupo que Cecilia Sarkozy, que era entonces la esposa del presidente francés, Nicolas Sarkozy, había respaldado la operación. ’Ella no tiene nada que ver en el asunto’, afirmó.

Los cooperantes fueron detenidos el pasado 25 de octubre en la ciudad chadiana de Abéché cuando se disponían a llevarse a 103 niños africanos a Francia, donde les aguardaban ’familias de acogida’.

En contra de lo afirmado por la ONG, los niños no eran huérfanos de Darfur. En su abrumadora mayoría eran chadianos y con parientes.

También fueron arrestados entonces, y posteriormente liberados, tres periodistas franceses, los siete tripulantes españoles del avión que debía trasladar a los niños a Francia, y un piloto belga.

El pasado miércoles, un tribunal de Yamena condenó a los seis cooperantes a ocho años de trabajos forzados por intento de secuestro de menores -sin hacer diferencias entre sus eventuales responsabilidadesy a pagar más de 6 millones de euros (8,8 millones de dólares) en daños e intereses a las familias de los niños.

En virtud del acuerdo judicial entre Francia y Chad que permite que los condenados en uno de los dos países puedan cumplir su pena en el otro, el Gobierno francés pidió formalmente el jueves el traslado de los seis, que tuvo lugar ayer.

Una vez transpuesta la condena en derecho francés, los cooperantes tendrán que esperar teóricamente a haber cumplido la mitad de la pena antes de poder pedir la libertad condicional.

Toda decisión de reducción de pena deberá ser consultada con las autoridades chadianas. En cuanto a un eventual indulto, sólo el presidente de Chad, Idriss Déby, puede concederlo.

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