El presidente ruso Medvédev exige cárcel para todos los instigadores del odio étnico

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, ordenó ayer encarcelar a los instigadores del odio étnico, tras los violentos disturbios ocurridos en los últimos días en Moscú entre ultranacionalistas y caucasianos. 'La instigación del odio étnico en nuestro país es un crimen muy grave. En otros países, esto puede pasarse por alto. Aquí, no. Ustedes saben cuántas etnias hay y qué importancia tiene la religión para ellas', afirmó Medvédev durante una reunión con altos cargos policiales.
El jefe del Kremlin, quien advirtió esta semana de que el racismo, la xenofobia y el odio religioso 'amenazan la estabilidad del Estado', subrayó ayer que 'los pogromos, las peleas y el vandalismo son todos crímenes'. 'Insisto, éstas no son infracciones administrativas, sino delitos. Sus participantes deben ir a la cárcel. Hay que encerrarlos, y no educarlos. La responsabilidad por esas acciones debe ser penal', apuntó.

La policía, que detuvo el miércoles en Moscú a más de un millar de ultranacionalistas y caucasianos, muchos de ellos armados con pistolas y cuchillos, siguió ayer patrullando las plazas, el metro, los mercados y otros lugares neurálgicos de la capital rusa.

Las detenciones de decenas de jóvenes radicales continuaron en otros lugares del país, donde se calcula que habitan en torno a 142 millones de personas de casi 200 etnias.

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