El Consejo Nacional está convencido de que la caída del último bastión gadafista será decisiva

Los rebeldes libios dan tres días a Sirte para que se rinda

Un rebelde armado inspecciona un vehículo en una calle de Trípoli, (Foto: MOHAMED MESSARA)
Con los cañones frente a la asediada Sirte, último bastión gadafista, y las tropas listas para su asalto, los rebeldes dieron un ultimátum de tres días para su rendición, mientras aceleran su actividad política y logística en Trípoli para normalizar la situación y enviar un mensaje de estabilidad. Solo la pertinaz resistencia de los jeques y líderes tribales de la referida localidad, cuna del todavía desaparecido líder libio Muamar el Gadafi, parece ya preocupar militarmente al Consejo Nacional de Transición (CNT), convencido de que cuando Sirte caiga, el resto de focos de resistencia desaparecerán.
Una batalla que podría no librarse si la negociación que existe en curso llega a buen puerto o los responsables de la urbe costera ceden ante el ultimátum dado ayer por las autoridades políticas y militares rebeldes. Desde la ciudad de Bengasi, capital de los insurrectos, el presidente del Consejo Nacional de Transición (CNT), Mustafa Abdulyalil, advirtió a los habitantes de Sirte que si no entregan las armas antes del próximo sábado, se lanzarán las operaciones armadas. 'Esta es la última oportunidad. El plazo expirará el último día del Aid. A partir del sábado, si no se llegó a un acuerdo pacífico, comenzaremos la opción militar', agregó antes de subrayar su esperanza de que los líderes de la ciudad entren en razón y se evite la orgía de sangre.


UNA BATALLA INMINENTE

Más contundente se mostró el portavoz militar de los rebeldes, el coronel Ahmad Omar Bani, quien dio a entender que la batalla final 'es inminente'. 'Queremos que todos sepan que estamos militarmente preparados ya para la batalla que supondrá el final del conflicto. Aún perseguimos una solución pacífica, pero a partir del sábado nos emplearemos de manera diferentes para hacer frente a esos criminales', advirtió.

Bani aventuró que la perseverancia de los 'sirtianos', que calificó de 'sorprendente', se debe a que las fuerzas gadafistas los han hecho rehenes y les impiden salir de la ciudad y entregarse a la autoridad rebelde. 'Nos sorprende que los habitantes de Sirte hayan rechazado todas las propuestas pacíficas. Les conminamos a que se subleven (ya que) pensamos que los leales los retienen y que la mayoría quiere claudicar', subrayó. El coronel aprovechó su comparecencia antes los medios para lanzar también un aviso a Gadafi, a quien le recordó que 'se cree seguro, pero debe saber que no tendrá nunca seguridad en ninguna parte de Libia'.

La caída de Sirte se convirtió también en el objetivo militar prioritario de la OTAN, cuya aviación fue clave para el avance de los rebeldes en los últimos meses y el desplome de la resistencia gadafista. En declaraciones a los periodistas, el portavoz castrense de las operaciones de la OTAN en Libia, el coronel Roland Lavoie anunció, asimismo, que las fuerza internacional mantendrá activo su operativo mientras considere que Gadafi, sus hijos y sus leales son aún una amenaza.

De acuerdo con el oficial canadiense, el líder libio, del que se desconoce su paradero, todavía tiene capacidad para dar órdenes y comandar a los fieles que le quedan en el país, tanto en Sirte como en el sur de Trípoli y las bolsas de resistencia en el oeste.

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