El sacerdote acusado de abusr de 200 niños sordos no fue apartado del sacerdocio por su edad y precaria salud

El director de la sala de prensa del Vaticano, Federico Lombardi, explicó que el sacerdote Lawrence Murphy, acusado de haber abusado de unos 200 niños sordos en Estados Unidos, no fue apartado del sacerdocio debido a su 'avanzada edad' y su 'muy precario estado de salud'.
Lombardi hizo estas declaraciones al diario 'The New York Times', según el cual, Benedicto XVI, cuando era prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, rechazó actuar contra Murphy y apartarlo del sacerdocio.

La sala de prensa del Vaticano publicó esta mañana la versión completa de las declaraciones que Lombardi había hecho el día anterior al periódico americano, que publicó la noticia hoy. Interpelado posteriormente, el portavoz vaticano no quiso añadir ningún comentario más.

En su nota, Lombardi reconoce que las víctimas involucradas en este caso eran 'particularmente vulnerables' y 'sufrieron terriblemente a causa de lo que hizo' este sacerdote, quien en la carta que envió a Ratzinger en enero de 1998 dijo estar 'arrepentido' de sus 'transgresiones pasadas'.

'Abusando sexualmente de niños con deficiencias auditivas, el Padre Murphy violó la ley y, lo que es más importante, la confianza sagrada que las víctimas habían depositado en él', denuncia Lombardi.

No obstante, 'la Congregación para la Doctrina de la Fe no fue informada de ello hasta veinte años más tarde' de que las víctimas denunciaran a Murphy ante los tribunales civiles. De hecho, el Vaticano fue interpelado 'por primera vez' sobre este caso 'a finales de los 90'.

'La Congregación fue informada sobre este asunto porque incluía solicitación en el confesionario, lo que es una violación del Sacramento de la Penitencia', refiere Lombardi en alusión al hecho de que el sacerdote había utilizado la confesión para solicitar relaciones sexuales a los niños y adolescentes, pecado considerado especialmente grave y que conlleva un tratamiento jurídico preciso, según las leyes de la Iglesia.

'Es importante tener en cuenta que la cuestión canónica presentada a la Congregación no estaba relacionada con ningún potencial procedimiento civil o criminal contra el Padre Murphy', el cual ya había sido objeto de una investigación civil, que finalmente decayó.

'En dichos casos, el Código de Derecho Canónico no prevé penalizaciones automáticas sino que recomienda que el juicio no excluya la más grave pena eclesiástica de la dimisión del estado clerical', precisa Lombardi.

'A la luz de los hechos de que el padre Murphy era de edad avanzada y se encontraba en un muy precario estado de salud, y estaba viviendo en aislamiento y no había recibido más denuncias por abusos desde hacía 20 años', la Congregación para la Doctrina de la Fe aconsejó no apartarle del sacerdocio aunque sí adoptar otras medidas, 'restringiendo su ministerio público y pidiéndole que aceptara enteramente la responsabilidad por la gravedad de sus actos'. 'Padre Murphy murió aproximadamente cuatro meses después', concluye el comunicado.

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