La grabación de la conversación entre el capitán y el responsable del puerto desvela que éste pudo dejar la nave antes del choque

Los servicios de rescate elevan a 11 los fallecidos en el crucero de Italia

El capitán Francesco Schettino, poco después de su detención
El capitán del crucero 'Costa Concordia', Francesco Schettino, dijo ayer ante la jueza de instrucción Valeria Montesarchio que estaba al mando de la nave en el momento en el que el buque chocó contra las rocas en aguas de la isla italiana del Giglio la noche del pasado viernes.
Sus declaraciones coincidieron con el día en que las labores de búsqueda que aún se realizan en el barco arrojaban el resultado de cinco nuevos cadáveres. A las víctimas mortales, que ya se elevan a 11, se suma también el turista español Guillermo Gual, natural de Palma de Mallorca de 68 años, que viajaba en el barco acompañado de ocho personas, entre familiares y amigos. Su cuerpo fue identificado ayer por sus familiares y encontrado el domingo en un camarote del barco con el chaleco salvavidas puesto y junto al cuerpo sin vida del italiano Giovanni Masia, de 86 años.

El fiscal Francesco Verusio compareció ayer en rueda de prensa en Grosseto (centro de Italia) para informar sobre el interrogatorio a Schettino en la sede del Tribunal de esa ciudad italiana. La Fiscalía de Grosseto solicitó la prisión cautelar para Schettino, mientras la jueza decidió aplazar su decisión sobre la confirmación de la detención del comandante y sobre la petición de medidas preventivas.
Verusio explicó que la reconstrucción de los hechos facilitada por Schettino durante el interrogatorio no modifica el cuadro de acusaciones que pesan contra él por un naufragio en el que la compañía propietaria del buque, Costa Cruceros, admitió que hubo un 'error humano' y que el capitán no respetó el reglamento, acercándose hasta unos 150 metros de la costa.
Las acusaciones que pesan sobre Schettino son las de homicidio culposo múltiple, abandono de nave y naufragio, por los que el comandante podría ser condenado hasta 15 años de cárcel.

Polémica conversación
La comparecencia de Schettino ante la jueza coincidía con la publicación ayer por parte del diario milanés 'Corriere della Sera' de una conversación telefónica entre el capitán y un responsable de la Capitanía de Puerto, en la que se desvela que el capitán abandonó la nave antes de evacuar a todos los pasajeros, como habían apuntado numerosos testimonios del naufragio.

'Vuelva inmediatamente a bordo, suba por la escalera de seguridad y coordine la evacuación. Debe decirnos cuánta gente hay todavía allí: niños, mujeres, pasajeros, el número exacto de cada categoría', le exhortaron a Schettino desde la Capitanía de Puerto.
Hasta el momento, el resultado del naufragio del crucero es de 11 muertos, entre ellos un turista español, y de 24 desaparecidos.

Los cuerpos localizados ayer se hallaban en la parte de popa del barco que se encuentra sumergida en el mar, frente a las costas de la pequeña isla del Tirreno y llevaban el chaleco salvavidas puesto. Se trata de una mujer y cuatro hombres, de edades comprendidas entre los 50 y los 60 años.

Riesgo de hundimiento y de desastre ecológico
Las aguas del Tirreno están tan movidas que el crucero 'Costa Concordia' ya se ha desplazado nueve centímetros en su vertical y uno y medio en su horizontal, amenazando con deslizarse a un sima de 90 metros en la que quedaría sumergido a cerca de 150 metros de la costa.
Al 'Costa 'Concordia' continúa entrando agua por los 70 metros de apertura de su casco que, como un cuchillo, abrió la formación de rocas conocidas como la isla Scole, cuando trató de navegar sobre ellas a unos 500 metros de la isla de Giglio.

El jueves se prevé una fuerte marejada en la zona que hace temer que la nave, inclinada 30 grados sobre su lado derecho, pueda darse la vuelta y hundirse completamente con lo que acabaría toda esperanza de encontrar a alguien vivo atrapado en el barco.

La compañía holandesa Smit, que reflotó el submarino nuclear ruso 'Kusk' (hundido en agosto de 2000), ha puesto en marcha un plan para reflotar y salvar la nave para después remolcarla a un puerto todavía no anunciado. Pero para ello, es primordial sacar antes el carburante. Se trata de conjurar un desastre ecológico cuya envergadura sería no solo para la isla de Giglio, sino para todo el archipiélago toscano. Y es que, según los expertos, si la recuperación del carburante se tiene que llevar a cabo bajo el agua, podría hablarse de un desastre ecológico.

La zona donde ocurrió la tragedia es muy rica en tesoros paisajísticos y naturales, y está protegido desde 1996 al estar dentro del Parque Nacional Archipiélago Toscano.

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