El líder conservador se convierte en el primer presidente que pierde esta fase de los comicios

El socialista Hollande derrota a Sarkozy en la primera ronda

Francois Hollande se dirige a sus seguidores. (Foto: C. BLUMBERG)
El candidato socialista François Hollande se impuso ayer en la primera vuelta de las elecciones francesas al actual presidente, el conservador Nicolas Sarkozy, que se enfrenta ahora a la ardua tarea de remontar en la ronda definitiva del 6 de mayo.
François Hollande logró un 28,10 % de los votos, poco más de un punto por delante del presidente Nicolas Sarkozy, según datos oficiales facilitados minutos antes de la medianoche pasada. El ministerio del Interior francés indicó que el presidente candidato alcanzó el 26,98 % de los votos, aunque no precisaba el porcentaje de votos escrutados sobre los que se basan estos datos.

Ambos candidatos, los más votados en esta primera ronda, pasan por lo tanto a disputar la segunda ronda, que se celebrará el 6 de mayo.

Marine Le Pen, candidata del Frente Nacional, alcanzó con un 5,4 millones de votos un total del 18,76% y el cuarto clasificado fue el del Frente de Izquierda, Jean-Luc Mélenchon, con un 10,89 %.

Cinco años después de su llegada al Palacio del Elíseo, Sarkozy se convirtió en el primer presidente que pierde en primera vuelta de las presidenciales durante la V República francesa y encara ahora el reto del 'más difícil todavía'.

Un reto que afronta desde una perspectiva bien distinta Hollande, que al poco de conocerse su victoria se presentó públicamente como 'el candidato de los que quieren pasar página' y el artífice de 'la unión por el cambio'. También dijo que sabe que en el resto del continente se le mira y que se esperan de él decisiones para 'reorientar a Europa sobre el camino del crecimiento y del empleo'.


'CONOZCO LOS DEBERES'

Sarkozy, por su parte, dijo comprender 'los temores' de sus compatriotas y les pidió apoyo para la segunda vuelta. 'Conozco los deberes', agregó y mencionó entre esos 'temores' que citó el 'respeto de nuestras fronteras', el 'control de la inmigración' y la preservación del 'modo de vida' de los franceses, que dijo que se ha convertido en la 'cuestión central' de esta elección.

Más allá de la pugna Hollande-Sarkozy, la gran sorpresa la protagonizó la candidata del ultraderechista Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, que se aúpa hasta hasta el 18,76% de los votos.

Le Pen se mostró exultante y dijo que la batalla por Francia 'no hizo más que empezar', aunque no precisó cuándo enviará una consigna a sus votantes para que opten o no por apoyar a Sarkozy en la segunda ronda.

El vigor demostrado en las urnas por el partido de Le Pen daría la razón a quienes consideraron que la aproximación de Sarkozy al campo de la ultraderecha, sobre todo en la recta final de la campaña, no le proporcionó réditos suficientes.

Los apoyos 'sociológicos' que los institutos demoscópicos atribuyen en segunda vuelta al socalista Hollande se agregan a la aproximación de los sondeos de los últimos días, que pronosticaron la mínima ventaja de la primera vuelta del mismo modo que prevén una distancia más amplia en la segunda y decisiva.

La segunda vuelta se presenta a priori más fácil para el aspirante socialista, toda vez que los votantes de izquierdas en Francia le darán su apoyo, en muchos casos no tanto por su poder de convicción como para ahuyentar cualquier presagio de un segundo mandato de Sarkozy.

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