Un supuesto espía dice que Chile ordenó la operación contra Perú

El presunto enlace del espía peruano que trabajaba para Chile es un ex agente de la policía secreta de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) que recurre a menudo a la suplantación de personalidad, según la prensa chilena.
El ex agente de la DINA Juan José Soto Vargas ofreció hoy una entrevista telefónica a Radio Programas del Perú (RPP) en la que dijo ser Víctor Vergara Rojas, el supuesto enlace chileno del suboficial peruano Víctor Ariza Mendoza, acusado de espiar para Chile.

Soto declaró hoy que el Gobierno de la presidenta Michelle Bachelet ordenó investigar, en forma secreta, a las fuerzas armadas peruanas, y dijo que había viajado a Argentina para proteger su vida tras descubrirse en Perú las actividades ilegales de Ariza.

Según consta en la página web memoriaviva.com, en la que el Proyecto Internacional de Derechos Humanos documenta las violaciones durante el régimen militar, Soto ejerció como oficial en la Dirección Nacional de Inteligencia (DINA).

Desde 1981 Soto se escondió en Alemania, pero en mayo de 1989 solicitó asilo político en Suecia. Según ese sitio web, se sospecha que durante su estancia en Europa continuó espiando a los exiliados chilenos para entregar información a sus antiguos jefes.

En los años 90 reclamó los beneficios de exonerados políticos de la dictadura y, ante las sucesivas negativas por no cumplir los requisitos, ha presentado recursos de amparo y protección contra los Ministerios de Justicia e Interior.

Soto Vargas ha protagonizado varios episodios inventados, y desde los años noventa, se ha hecho conocido en las salas de redacción nacionales e internacionales por sus noticias falsas y suplantaciones de identidad.

La última ocurrió en agosto de 2008, cuando un falso cónsul de Chile en Madrid se comunicó con un canal chileno de televisión y dio por muerto a un chileno en un accidente aéreo en Barajas, que costó la vida a 153 personas.

El Ministerio de Exteriores chileno aseguró después que no se había confirmado la presencia de ningún chileno entre las víctimas y que Carlos Montenegro, nombre con el que se había identificado, no era el cónsul en Madrid.

Soto también apareció, en junio de 2008, en el diario Hoy, de ciudad argentina de La Plata.

Según ese periódico, Soto dijo haber llegado a territorio argentino haciendo autostop tras huir de la erupción del volcán Chaitén, en el sur de Chile, y afirmó que sus pulmones estaban 'cargados de cenizas' y que no habían recibido 'ayuda gubernamental'.

En marzo de 2008 la embajada de Chile en Argentina informó que Soto se hizo pasar por el embajador chileno en el país, Luis Maira, en varias llamadas al comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile y al contralor general de la República.

Además, en 2007, Juan José Soto fue denunciado por las autoridades de Bariloche (Argentina) por pedir una audiencia argumentando ser representante de Chile en materia de derechos humanos.

A propósito de este incidente, el diario argentino Página/12 lo describió como 'un contador de historias que fue miembro de la DINA y que arrepentido se refugió en Alemania. En 2001 solicitó refugio político en Argentina, pero solo se le concedió la residencia'.

Antes, en octubre de 2006, apareció en El Diario, de La Paz, solicitando asilo político al Gobierno boliviano.

'Soto Vargas exigió en 2004 al entonces Gobierno del presidente (Ricardo) Lagos que se devuelva a Bolivia su acceso soberano al mar, lo que le costó dos años de prisión en la cárcel de San Miguel, donde recibió torturas y maltratos', relató el periódico paceño.

Efectivamente, estuvo preso en Chile en esa fecha, pero en calidad de imputado por el delito de lesiones contra la madre de cuatro de sus hijos.

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