El Obispado instalará un temporizador en la iglesia de San Martiño de Cameixa (Boborás) para que los altavoces del campanario que emiten las horas y las medias se apaguen durante la noche con el fin de permitir el descanso a los vecinos que se quejan del ruido. Al mismo tiempo, los responsables diocesanos acordaron bajar el volumen para que el sonido no moleste durante el día. La decisión se la comunicará el sacerdote que oficie la misa al mediodía de mañana a los feligreses que asistan, con el fin de llegar a un acuerdo sobre las horas en las que se cerrarán los altavoces.
Por el momento, se desconoce el horario que se establecerá ni los decibelios que se reducirán porque, según indicaron fuentes del Obispado, será el próximo lunes cuando se desplazará hasta allí un técnico para instalar el dispositivo.
La medida se adopta a consecuencia de las protestas de Juan Ruiz, vecino del pueblo de Morouzón, en donde está ubicada la iglesia. En días pasados había anunciado que iniciaría el 22 de diciembre una huelga indefinida de hambre porque las campanadas no le permiten dormir. Posteriormente, el pasado miércoles, decidía suspender la huelga a petición del Concello de Boborás, que había anunciado la apertura de un expediente para realizar la medición de los decibelios y le había pedido al afectado que concediese unos días antes de emprender la huelga de hambre.
El alcalde, Cipriano Caamaño, se puso en contacto al mismo tiempo con el Obispado, que finalmente ha tomado la decisión de cortar el sonido por la noche y bajarlo durante el día. No obstante, el regidor confirmaba también que se seguirán emitiendo por los altavoces los cultos que se celebren en la iglesia, algo que también resulta molesto para el denunciante y otros residentes del entorno, aunque una parte de la parroquia está a favor de que se mantengan los altavoces día y noche. 'El denunciante tiene que entender que no se pueden romper las costumbres y la tradición del pueblo, pero si no está de acuerdo con que se emitan los cultos, el Concello se limitará a aplicar la ley siguiendo adelante con el expediente que ahora hemos paralizado', puntualizó Caamaño.
Juan Ruiz se mostraba ayer sorprendido porque, según indicó, 'nadie me informó sobre la decisión del Obispado'. En relación a la emisión de los cultos declaraba que 'no puedo decir nada porque desconozco como será, pero tengo que decir que escuchar los cultos también molesta y es ilegal'.
La medida se adopta a consecuencia de las protestas de Juan Ruiz, vecino del pueblo de Morouzón, en donde está ubicada la iglesia. En días pasados había anunciado que iniciaría el 22 de diciembre una huelga indefinida de hambre porque las campanadas no le permiten dormir. Posteriormente, el pasado miércoles, decidía suspender la huelga a petición del Concello de Boborás, que había anunciado la apertura de un expediente para realizar la medición de los decibelios y le había pedido al afectado que concediese unos días antes de emprender la huelga de hambre.
El alcalde, Cipriano Caamaño, se puso en contacto al mismo tiempo con el Obispado, que finalmente ha tomado la decisión de cortar el sonido por la noche y bajarlo durante el día. No obstante, el regidor confirmaba también que se seguirán emitiendo por los altavoces los cultos que se celebren en la iglesia, algo que también resulta molesto para el denunciante y otros residentes del entorno, aunque una parte de la parroquia está a favor de que se mantengan los altavoces día y noche. 'El denunciante tiene que entender que no se pueden romper las costumbres y la tradición del pueblo, pero si no está de acuerdo con que se emitan los cultos, el Concello se limitará a aplicar la ley siguiendo adelante con el expediente que ahora hemos paralizado', puntualizó Caamaño.
Juan Ruiz se mostraba ayer sorprendido porque, según indicó, 'nadie me informó sobre la decisión del Obispado'. En relación a la emisión de los cultos declaraba que 'no puedo decir nada porque desconozco como será, pero tengo que decir que escuchar los cultos también molesta y es ilegal'.
