La aldea de Borraxas resucita 10 años después

Yolanda Antich y Ernesto Ferrer son los primeros residentes permanentes de Borraxas, una aldea de Boborás, que después de más de 10 años recupera poco a poco el pulso de la vida, gracias a esta pareja procedente de Mallorca y a otras cuatro familias que tienen su segunda vivienda para los fines de semana y vacaciones en esta localidad. Pese a que todavía quedan casas abandonadas, varias de ellas en estado totalmente ruinoso, lo cierto es que en estos momentos no hay ninguna disponible para alquiler o venta, según confirmaba la alcaldesa, Patricia Torres, fundamentalmente "polo apego que lle ten a xente ás propiedades familiares".

Los mallorquines se han instalado en Borraxas hace cuatro meses después de rehabilitar un inmueble que había sido bodega, y que han transformado en una vivienda, que comparten con una perra-loba llamada Makoyi. Ernesto Ferrer fue biólogo dedicado a la investigación marina y actividades subacuáticas, que llegó incluso a trabajar durante una campaña con Yacques-Yves Cousteau en el Mediterráneo analizando la contaminación y las zonas dignas de conservación.

Ahora, ha montado un taller de artesanía india anexo a la casa, que ha habilitado con sus propias manos, además de impartir charlas sobre espiritualidad y tradiciones. Yolanda Antich es profesora de yoga, entre otras disciplinas, y ya está impartiendo clases en el centro social de Brués. "Hay muchas otras clases que también puedo ofrecer como cocina, pintura o costura y que ya he propuesto al Concello de Boborás", matiza.

Escaparon de Mallorca huyendo del estrés y porque "conocíamos Galicia desde hace mucho tiempo y siempre nos ha enamorado, y a Borraxas llegamos una Navidad con un amigo y nos encantó", añaden. Valoran de este pequeño pueblo del rural su tranquilidad, su aislamiento, rodeado de un frondoso monte de variadas especies arbóreas. "En Galicia todo es mágico", apunta esta pareja que desde hacía algún tiempo ya viajaban desde Mallorca para participar en una ceremonia religiosa que tiene su origen en la tribu canadiense Pies Negros. En ese ritual, Ernesto es uno de los líderes de la "danza del sol", que simboliza la regeneración cíclica de la naturaleza y el renacimiento espiritual del hombre. "Lo hacemos desde hace 14 años, aquí se hace en Ponte Caldelas y por eso ya veníamos a Galicia una vez al mes", explica Ferrer.

Treinta altas en el padrón en septiembre

La naturaleza que rodea la aldea de Borraxas es un marco inigualable para Yolanda Antich y Ernesto Ferrer que reciben "con alegría" a sus vecinos cada fin de semana, y cuando se van "volvemos a nuestra tranquilidad", ya que apenas salen de la aldea, "sólo lo imprescindible para realizar algunas gestiones en Boborás o Carballiño".

Tranquilidad y naturaleza es lo que están buscando los nuevos residentes en este municipio, según afirma la alcaldesa, Patricia Torres. El Concello, señala que solamente durante el pasado mes de septiembre ha registrado 30 altas en el padrón de habitantes. "Hai xente que comprou casas e siguen chamando máis interesándose. Creo que moitos están descubrindo as potencialidades e virtudes de vivir no rural, sobre todo agora coa pandemia buscando o aire libre e rodeados de natureza", afirma la regidora. Torres espera que continúe esta tendencia y señala que "nós estamos encantados de que veña a xente a residir nas nosas aldeas, estámolos recibindo cos brazos abertos". En relación a la pareja de Borraxas reconoce que le ha sorprendido "por vir de Mallorca, cambiando por completo a súa vida, a un sitio sin mar, e ao interior de esta provincia para vivir en contacto coa natureza".