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Cáritas aumenta el número de ayudas a inmigrantes en Carballiño

Cáritas y San Vicente de Paúl ayudaron el año pasado a 170 familias aumentado el número hasta las 216 en este año 2019

Los inmigrantes procedentes de distintos países como Venezuela, Cuba, Brasil o Colombia han hecho crecer este año la lista de usuarios de Cáritas y San Vicente de Paúl, que prestan asistencia a las personas en situación económica difícil desde la parroquia San Cibrao de Carballiño. En estos momentos, los voluntarios ayudan a un total de 216 familias, lo que se traduce en 598 personas, cuando el pasado año habían sido en torno a 170 familias y 550 individuos. Una gran parte de ellos son naturales de distintos concellos de la comarca, a los que se suman extrajeros, algunos descendientes de gallegos y de hasta un total de 14 nacionalidades distintas, según apuntaba el coordinador de Cáritas en Carballiño, Juan Estévez.

Muchos de los usuarios de la comarca reciben apoyo en función de la situación económica por la que atraviesan en determinado momento, casi siempre dependiendo si tienen o no trabajo. Mientras que la mayoría de los inmigrantes llegan a Carballiño prácticamente con lo puesto, por cuyo motivo se les abona el alquiler de la vivienda, consumo eléctrico, agua, alimentos e incluso medicamentos. Sólo en alquileres, en lo que va de año, Cáritas ha desembolsado 8.434 euros, cuando en 2018 había sido un total de 5.000 euros; con un gasto total 18.113 euros, que sobrepasa el presupuesto del pasado año que se había cerrado con aproximadamente 15. 000 euros.

Cáritas y San Vicente de Paúl tienen su sede en la planta baja de la casa parroquial, que abren a los usuarios cada viernes de 10,30 a 13,30, para recoger alimentos o lo que necesiten, según el informe elaborado previamente por los Servicios Sociales del concello, que cada año debe ser renovado por los interesados. Juan Estévez apuntaba que este año llevan a cabo una media de 25 asistencias cada viernes, contabilizando hasta ahora 1.003, algunas de ellas desplazándose hasta las viviendas de los beneficiarios.

El párroco, José Benito Sieiro, declaraba que la colecta del primer domingo de cada mes en la iglesia se destina a este fin. Además, se cuenta con "generosos donativos", algunos mensuales y con el banco de alimentos, que distribuye incluso fruta y verdura. El Concello de Carballiño también ha subido la ayuda este año de 5.000 a 7.000 euros y la Diputación provincial contribuye con 3.000.


Necesidad de más voluntariado


"Nosotros acudimos siempre que nos llaman", afirma Juan Estévez, quien reconoce que se necesitan más voluntarios. En la actualidad son seis y "sería conveniente contar con más, sobre todo gente joven". Así lo corrobora también José Benito Sieiro, quien reconoce el gran esfuerzo que realiza el voluntariado cargando y descargando mercancía, clasificándola, envasando y distribuyendo, a veces desplazándose a otros lugares, cuando los usuarios no pueden acercarse hasta la sede. El párroco también se refiere a la ayuda que se presta a los transeúntes. "Vienen tres o cuatro a la semana y les damos un vale para comer en un restaurante".

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