La presencia de personas procedentes del exterior no se limita a los peregrinos y visitantes, sino que también la hospedería del cenobio registra en estos momentos un lleno total.
Además de los peregrinos, en Oseira hay una afluencia continua de visitantes, que con un guía realizan el recorrido por el monasterio. Aunque los monjes no supieron precisar el número, aseguran que se mantiene similar al de los últimos años.
No obstante, la presencia de personas procedentes del exterior no se limita a los peregrinos y visitantes, sino que también la hospedería del cenobio registra en estos momentos un lleno total.
La hospedería tiene capacidad para acoger a 30 personas y cada año desde la primavera se ocupan todas las plazas repartidas en 14 habitaciones. "Los huéspedes se quedan como mínimo dos noches y muchos de ellos siete u ocho días, que es lo más habitual", apunta el superior Alfonso Lora, quien asegura que "hay muchos que repiten cada año". Para los monjes está claro lo que buscan sus huéspedes, "el retiro, buscan la paz, la tranquilidad, un lugar adecuado para la reflexión y para el encuentro con Dios y Oseira es un sitio ideal, es una reserva de la humanidad de paz y belleza. Aquí encuentran el sosiego", señala Lora Asturillo.
La Semana Santa marca el inicio de la temporada alta en la hospedería, gracias a los oficios monásticos "y a los cantos gregorianos, es un atractivo más porque es un canto que lleva a Dios", puntualiza el superior.
A lo largo del año, los monjes también reciben grupos de meditación, a los seminaristas de Braga que eligen todos los años Oseira para su retiro y, procedentes de Santiago de Compostela, a los que se están preparando para ser sacerdotes, además de numerosas personas a título individual.
La comunidad cisterciense de Oseira cuenta en la actualidad con 14 monjes, aunque en estos momentos dos de ellos están en el extranjero de forma temporal. El monasterio se mantiene fundamentalmente gracias a los visitantes, que además de realizar el recorrido por el cenobio, tienen la oportunidad de adquirir los productos artesanales que ofrecen los monjes, como sus famosos licores Eucaliptine. Recientemente, también cuentan con una vaquería.
