Aunque más de diez siglos separan la actualidad del momento histórico en el que está ubicado el argumento de 'El evangelio de Venus', su autor, el periodista Alfonso Sobrado Palomares -natural de Calvos de Randín-, no dudó en asegurar que 'la condición humana de la lucha por el poder es constante', no importa los años que transcurran. Así lo precisó durante su intervención en el Foro La Región al explicar qué ha quedado en la actualidad de las tres protagonistas de su novela.
Fue en este punto donde se refirió Palomares a la renuncia del papa actual, Benedicto XVI, un hecho que calificó de 'histórico', especialmente por la falta de precedentes, si bien lo entiende como un 'golpe de efecto estratégico' motivado por razones financieras, así como por 'ambiciones y luchas internas'. Estos argumentos no convencieron a todo el público y, durante el turno de preguntas, un asistente trató de desmentirle.
En cualquier caso, el tema central de la conferencia era la presentación de 'El evangelio de Venus', una obra en la que el periodista echa la mirada hacia el siglo X para contar la historia de Gertrude, Teodora y Marozia, tres mujeres que lograron adquirir un inmenso poder en una época dominada por el machismo, hasta el punto en que ellas alzaban y destronaban a los papas.
Alfonso Sobrado Palomares fue desgranando los pasos seguidos para componer una novela que comenzó a rondar su cabeza hace ahora 40 años y a la que dio origen su lectura acerca del juicio póstumo al papa Formoso, una historia que, más que real, le pareció 'propia de García Márquez o de nuestro Cunqueiro'. A pesar de tratarse de una novela 'quise documentarme muy bien', de modo que el proceso de lectura fue muy extenso y le llevó a personajes como San Pablo o San Agustín, además de los escritos del arzobispo Liutprando de Cremona. Con los personajes ya creados, Sobrado Palomares quiso reconstruir de la forma más fidedigna posible los escenarios, una decisión que, según relató, le hizo viajar a Roma en varias ocasiones. Por último, estudio de forma concienciuda el papel que la mujer jugaba en la sociedad del siglo X a través de textos 'misóginos' de diferentes autores de la época.
La intervención del periodista fue introducida por el director de La Región, Xosé Pastoriza, que le presentó como un 'maestro' de la profesión. Antes de abordar 'El evangelio de Venus', Palomares recordó que sus raíces siempre han estado en Ourense y utilizó como ejemplo una estancia con el presidente argelino Ben Bella, donde el escritor sólo se acordaba de sus amigos de la juventud'.
En cualquier caso, el tema central de la conferencia era la presentación de 'El evangelio de Venus', una obra en la que el periodista echa la mirada hacia el siglo X para contar la historia de Gertrude, Teodora y Marozia, tres mujeres que lograron adquirir un inmenso poder en una época dominada por el machismo, hasta el punto en que ellas alzaban y destronaban a los papas.
Alfonso Sobrado Palomares fue desgranando los pasos seguidos para componer una novela que comenzó a rondar su cabeza hace ahora 40 años y a la que dio origen su lectura acerca del juicio póstumo al papa Formoso, una historia que, más que real, le pareció 'propia de García Márquez o de nuestro Cunqueiro'. A pesar de tratarse de una novela 'quise documentarme muy bien', de modo que el proceso de lectura fue muy extenso y le llevó a personajes como San Pablo o San Agustín, además de los escritos del arzobispo Liutprando de Cremona. Con los personajes ya creados, Sobrado Palomares quiso reconstruir de la forma más fidedigna posible los escenarios, una decisión que, según relató, le hizo viajar a Roma en varias ocasiones. Por último, estudio de forma concienciuda el papel que la mujer jugaba en la sociedad del siglo X a través de textos 'misóginos' de diferentes autores de la época.
La intervención del periodista fue introducida por el director de La Región, Xosé Pastoriza, que le presentó como un 'maestro' de la profesión. Antes de abordar 'El evangelio de Venus', Palomares recordó que sus raíces siempre han estado en Ourense y utilizó como ejemplo una estancia con el presidente argelino Ben Bella, donde el escritor sólo se acordaba de sus amigos de la juventud'.
