La rotura de escaparates fue el modus operandi de los ladrones que entraron de madrugada en dos establecimientos ubicados en las calles Curros Enríquez y Norte de Carballiño para llevarse zapatos, dinero en metálico y botellas de vino. Los cacos también intentaron el mismo sistema en un bar de la calle Parrondo, pero fracasaron.
La madrugada de los cristales rotos. Esa podría ser la denominación de la película que visionaron los propietarios de tres establecimientos de la villa del Arenteiro en la mañana de ayer. Y es que al llegar a sus locales, se sorprendieron con que parte de las vidrieras de sus locales habían sido pasto de actos vandálicos, si bien dos de ellos sufrieron más pérdidas.
Fue el caso de Parrillada Veracruz, un restaurante ubicado en la calle Curros Enríquez de Car balliño. Allí, los ladrones rompieron un pequeño cristal, entraron y luego forzaron la puerta del local para llevarse 600 euros de la máquina tragaperras y botellas de vino.
Protección
Su propietario comentó que é a segunda vez que rouban seguindo o mesmo sistema e teño a intención de poñer unha alarma, a ver se dá resultado. Los cacos incluso fueron cuidadosos y no dañaron las macetas de plantas que estaban situadas junto a la ventana por la que accedieron al interior. A unos 30 metros de distancia, en la bajada de la calle Marcelino Parrondo, el dueño del Café Cris comprobó a primera hora la rotura de una de las lunas de protección de su negocio. El vidrio resistió el impacto de un objeto contundente y frustró cualquier intento de robo.
Finalmente, los propietarios de una tienda de zapatos de las Galerías Adán, ubicada en la calle Norte y en el entorno de la plaza Irmáns Prieto, notaron la falta de un número indeterminado de pares de zapatos, que fueron robados tras la rotura del escaparate. Guardia Civil y Policía Local no tenían registradas ayer denuncias por los hechos acaecidos.
