Un polluelo de halcón Harris pondrá en jaque a las palomas de O Carballiño. Rosa, un ejemplar de apenas dos meses, surcará los cielos del municipio para espantar a las aves que se han convertido en una molestia para los vecinos.

'Rosita' agita el palomar

Antonio Villar, Argimiro Marnotes y Martín Nogueira posan con Rosa, el polluelo de halcón Harris. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
Los cielos de O Carballiño contarán desde el sábado con un policía del aire que velará por la tranquilidad de los vecinos, paseantes y usuarios de terrazas del centro ante la masiva presencia de palomas.
Rosa, un polluelo halcón Harris de apenas dos meses de edad, será la encargada de espantar a las palomas que en los últimos años se han convertido en un quebradero de cabeza para los mandatarios municipales. 'Escogimos esta solución porque nos parece las más ecológica y natural para acabar con un problema que sufríamos todos a diario', reconoce el edil Martín Nogueira, encargado de ponerse en contacto con el cetrero local, Antonio Villar.

Hace tres semanas que Rosa vive, come, entrena y juega con Villar. 'Tengo cinco halcones más para la caza, pero se trajo a Rosa porque, al ser un polluelo acostumbrado a estar entre la gente, será más fácil que pueda volar entre las casas y el ruido sin asustarse', explica Villar que ha visto en la colaboración 'una diversión, un reto porque no es habitual poder volar entre casas', al tiempo que resalta que es algo 'totalmente altruista'.

El único problema para Rosa será el calor, de ahí que hayan fijado las horas de 'vuelo' para primera hora de la mañana. 'Me vigilará a mí, así que irá de un lado a otro persiguiéndome por el aire', explica Villar, que entiende que 'no le hará daño a las palomas porque éstas vuelan más rápido. Sobre el tiempo en el que se prolongará esta singular cacería sin muerte, Villar apunta que 'los animales responden de forma distinta, y por lo tanto no podemos decir cuándo acabará el problema pero, desde luego, es un sistema de lo más efectivo'.

Sus palabras eran recibidas con satisfacción por el alcalde, Argimiro Marnotes, harto de las molestias que las aves provocar en vecinos y hosteleros que ven como las palomas llegan a subirse a las mesas para 'robar' los aperitivos, por no hablar de las heces. 'Si queremos seguir siendo un pueblo que recibe a mucha gente, tenemos que evitar como sea estas molestias', concluye.

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