La Asociación do Cabalo Puzo do Lago recuperó la tradicional fiesta equina después de los dos años de parálisis por causa de la pandemia, y lo hizo con un mayor número de competiciones, más participación y un numeroso público que se desplazó hasta Maside para disfrutar de las distintas pruebas y exhibiciones.
En esta 32 edición se añadieron dos competiciones a las habituales de los últimos años: la carrera de carros enganchados y dos de galope, además de andadura chapeada, andadura serrada, trote montado, trote enganchado y carrera de burros que se celebraron a lo largo de toda la jornada, que se inauguraba con una ruta por el entorno.
Participaron más de 100 ejemplares entre caballos y burros, sobrepasando anteriores ediciones en que se rondaban los 60 equinos. Los jinetes procedían de distintos lugares de las cuatro provincias gallegas y también del norte de Portugal.