Un cuso de gastronomía sefardí en Ribadavia acercó a un total de 20 hosteleros los secretos de la cocina de inspiración judía. Entre ellos, la casi obligatoria carne de cordero y la prohibición de mariscos y pulpo.

Vuelve la cocina sefardí

Dani Guzmán prepara uno de los platos ante los alumnos del curso. (Foto: Miguel Ángel)
Los judíos dejaron un amplio legado cultural en todo el Estado antes de emprender su exilio por todo el mundo, tras la orden de expulsión dictada por los Reyes Católicos a finales del siglo XV, coincidiendo con las fechas del Descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón. Debido a las características de su credo religioso, derivado del libro sagrado (Talmud), los hebreos que ya estaban integrados en la vida española (sefardíes) fueron capaces de adaptar sus conocimientos culinarios.
La gastronomía sefardí llegó gracias a esta circunstancia a nuestros días, 600 años después, y es objeto de reconocimiento por parte de los expertos. Dado que en Ribadavia la cultura judía dejó una profunda huella, la Red de Juderías de España promovió esta semana un curso con el objetivo de acercar a los profesionales del sector los contenidos históricos de esta cocina, para su posterior incorporación a las cartas de restaurantes y mesones. Un total de 20 personas de O Ribeiro y Carballiño participaron en el taller, impartido por Dani Guzmán, profesor de la Escuela Nacional de Hostelería de Ourense.

Aprovechando las instalaciones del colegio público Tomás de Lemos, en Ribadavia, los alumnos se sumergieron en una dieta muy peculiar, pero tampoco desconocida. 'Los judíos preparaban platos muy similares a los que conocemos ahora como dieta mediterránea, con mucha base de hortalizas, y con el cordero como carne preferente', señala Dani Guzmán.


SOPAS

Surgen así platos como el 'almodrote de berenjenas', una especie de ensalada de verduras crudas, queso curado y especias, o las 'brochetas de cordero', aliñadas con salsa de 'curry', que aprendieron a cocinar los alumnos. En la primera jornada de las dos previstas en el programa lectivo, los participantes en el curso también se atrevieron a la elaboración de sopas frías, 'que son las más tradicionales entre los sefardís', apunta Guzmán. Entre ellas, un compuesta de yogurt y el ahora polémico pepino. Sin embargo, el abanico de productos en este tipo de dieta es bastante limitado.

En este sentido, Dani Guzmán destaca que la doctrina hebrea establece una serie de prohibiciones drásticas, entre ellas la del consumo de cerdo y la mezcla de carne y leche. Pero quizás, la más extraña es la referente a los pescados. 'Los judíos solamente pueden consumir pescados con escamas y aletas como pueden ser trucha, salmón o merluza', comenta el cocinero. Es decir, el famoso pulpo y los exquisitos mariscos están completamente descartados.

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