1653, el año de los jesuitas

Fue el 28 de agosto de 1653 cuando se inauguró la iglesia de los jesuitas en nuestra Auria (según apunta Benito Fernández Alonso en sus "Efemérides para la historia de la provincia y Obispado de Orense", Boletín de la Comisión), pero evidentemente la orden decidió instalarse en nuestra ciudad con anterioridad, siendo en esa fecha cuando culminaba el proceso. No penséis que es la iglesia que todos conocemos; ese solar es posible que algún día se compruebe que albergó hasta tres lugares de culto: se habla como posible ubicación de la sinagoga (otra más de las opciones posibles en el entorno de la judería ourensana), y, de manera contrastada, las dos que aquí se citan. Solo de pasada, permitid que os recuerde que la orden arribó a nuestra provincia: Monterrey (Verín) en 1556, y a pesar de lo poco que se publicita, su legado fue muy interesante, destacando el altísimo nivel académico alcanzado por el colegio de la Compañía de Jesús que a punto estuvo de convertirse en universidad. Alonso de Acevedo y Zuñiga, III conde de Monterrey, continuó el legado de sus antecesores formando lo que llegó a ser una magnífica biblioteca (el primer libro impreso en Galicia, "Missale Auriense" 1494, se hizo allí). Especulación de la fachada en base al dibujo de Ático Noguerol para el convento de Santo Domingo. Supuestamente estaría detrás de la estatua del Padre Feijoo. Pero regresemos a la ciudad. En 1621 se sabe que don Pedro de Mondragón, ex alumno de Monterrey, hace una donación (2.000 ducados) a la orden con el encargo de abrir un centro educativo en la ciudad. El lugar escogido es el entorno de la Fuente del Rey (hoy jardinillos del Padre Feijoo), pero el tema se va retrasando y los frailes se ubican durante un tiempo en el palacio de los Oca Valladares (actual Liceo), aunque otras fuentes aseguran que se construyó un pequeño edificio para albergarlos. Sea como fuere, inicialmente se habla de un convento con posible fachada a Fuente del Rey, que ocuparía todo el espacio de los jardines del Padre Feijoo, con lo cual haría frente al edificio que se conoce como casa de don Juan Igneson (la que hacía 1873 alojó las oficinas municipales para después “caer” y dar paso a la actual calle del Paseo). La iglesia, ocupando el mismo espacio, se inauguraba de nuevo en 1683, pero con una estética similar a la actual. El colegio se llamo De la Concepción de Nuestra Señora de Orense, y se impartieron estudios de Gramática y Arte junto con la cátedra de latinidad anteriormente ubicada en la Catedral, subvencionada por la Fundación Cadórniga y el Ayuntamiento en los primeros tiempos, y el Condado de Maceda ya en el siglo XVIII. Existía también una escuela de primeras letras para los niños de la ciudad, tal como se deduce de la lectura de las actas fundacionales: “La dicha Compañía de Jesús e los religiosos del dicho colesio perpetuamente an de ttener maestros que lean y enseñen la Gramática desde su principio asta que estén para ir a Artes, teniendo maestros que enseñen las dichas artes a todos los estudiantes e hijos de los vecinos naturales del dicho Obispado de Orense que quisieren ir a oírlas y deprenderlas”. Con su expulsión por Carlos III en 1767, se convierte en escuela de primeras letras, cátedra de Retórica y Latinidad. Cuando se obtuvo la fotografía, ya habían desaparecido los dos edificios que continuaban hasta Lamas Carvajal, pasada la calle San Fernando (hoy Irmáns Villar). Al margen de la iglesia, de las antiguas instalaciones no queda nada, ya que sucesivas reformas y añadidos durante los siglos XVIII y XIX para adecuar el edificio como Seminario Conciliar primero, compartido con el Instituto después, para retornar a ser Seminario y hoy residencia sacerdotal. La iglesia, desde 1770, es parroquia de Santa Eufemia, liberando a la catedral, que hasta ese momento cumplía esa función. Las fotografías muestran el estado anterior y posterior a la reforma realizada entre 1937 y 39, cuando, después de mucho tiempo planificándolo, se ejecutó la ampliación de ¿como llamarle?: canella que… no, no, Coronel... no, tampoco, plaza de Santa Eufemia puede que sí, aunque más de uno le llama plaza del Miudiño, y todos le entienden. Se hizo desaparecer la plaza del Recreo y, si os fijáis, la fachada de la iglesia estaba sin terminar, pero es que los jesuitas decidieron que en aquellos momentos no merecía la pena terminar la parte superior; al estar tan encajonada entre edificios no era posible observar un trabajo de calidad. De hecho, según parece esa fue también la causa por la cual se hizo con forma cóncava la fachada, mejorar en lo posible su estética a la vista. Pero bueno, eso que sean los entendidos los que nos lo cuenten.