Vivimos en la actualidad unos momentos en los que el deporte femenino comienza a tener la visibilidad y audiencia que le corresponde. Las chicas del baloncesto hace años que nos dan alegrías, siendo habitual su presencia en las finales de cuanto torneo disputen. Qué decir de las “guerreras” del balonmano, subcampeonas del mundo, bronce olímpico, en la elite internacional. Las chicas del futbol, “las soñadoras”, tanto en liga como en competiciones de selección han conseguido llenar estadios, su juego engancha y convence, lo que permite que cada día se superen. Aunque sea necesario reconocer el trabajo siempre del equipo me vais a permitir que subraye en lo individual el segundo balón de oro logrado por Alexia Putellas, claro ejemplo para seguir trabajando.
Podría seguir relatando éxitos del deporte femenino, porque gracias al esfuerzo de nuestras chicas hoy disfrutamos de éxitos que nos enorgullecen, pero sabéis que lo mío es recuperar lo pasado, y no me gustaría que nos quedáramos en los éxitos actuales olvidando todo lo que ha habido detrás, años y años en los que las chicas tenían que vencer trabas y dificultades injustificadas para poder hacer algo tan necesario como es el deporte. Haciendo memoria, rápidamente surgen nombres como Marta Bobo, Pino Díaz, Marta Míguez o incluso Josefina Salgado, como individuales, y el Club Medina o las chicas de Carmelitas en cuanto a grupos, seguro que alguna más podría citarse, pero probablemente a las chicas que hoy os presentaré pocos las recuerdan.
La prensa de aquellos años 30, por aquello de la mala costumbre de buscar extranjerismos para nominar lo no habitual, las llamaba “hockey girls”. Y no eran otras que jugadoras de hockey femenino. Comenzaron como grupos de amigas que deseaban hacer deporte, y como leí en algún artículo, más de un padre no sabía bien a qué se referían cuando le decían “me voy a jugar a hockey”; quizás pensaban que era un juego de mesa o algo que tendría a las chicas reunidas hablando “de sus cosas”.
Lo cierto es que sabemos que el 23 de marzo del 33 se disputó en Vigo el primer partido de hockey femenino en Galicia, entre el Atlántida y el Vigo Hockey Club. Eso y la fama que en aquellos momentos alcanzó la jugadora viguesa Emilia Docet (miss España), fueron sin duda los motivos de que en el Parque Las Cabañas del Couto se organizara en junio de ese año el primer partido jugado en Ourense. Fue entre una selección ourensana y el Atlántida de Vigo (con la alineación de Docet), y sirvió de plato fuerte en las Fiestas del Corpus.
De aquella selección ourensana no tenemos datos, pero ese fue el germen. Los equipos punteros eran los de Vigo y Coruña (Atlántida, Vigo, Universitary, Icaros, Ártabro Club de Campo...), con gran nivel, hasta el punto de que Atlántida fue 3º en el I Campeonato de España, disputado en 1934. En 1935 se disputó un campeonato de Galicia, y al año siguiente Vigo fue el organizador del I Campeonato de España, con los mejores equipos de Galicia, Castilla, Asturias, Cataluña y Bilbao. De nuevo con motivo de las Fiestas del Corpus se programó un partido en el Loña entre las selecciones de Vigo y Coruña, pero no llegó a celebrarse por circunstancias que todos conocemos... el parón obligado de la guerra, que obligó a esperar a los años 40 para retomar las competiciones.
Es en octubre de 1940 cuando Ourense y León se enfrentan en partido de la liga nacional (1-4) que organizaba la Sección Femenina. El Grupo Noroeste lo conformaban Ourense, Coruña, Vigo y León, y aquí tenemos la primera alineación ourensana: Marinita Fernández, Angelines González, Elena Bóveda, Mª Isabel Fernández, Lucita Rego, Tensi Novo, Tina Vázquez, Marina Fraga, Lina Núñez y Pastora Morera.
La existencia de esa competición con los auspicios de la Sección Femenina facilitó que las chicas se animaran a jugar, siendo la década de los 40 la del esplendor. Las chicas consiguieron que los encuentros en el campo Loña fueran una fiesta a la que acudían los ourensanos ilusionados a ver a sus jovencitas. De esos años es la alineación con más éxitos que se recuerda, fue en el año 47, cuando competían en el grupo Ourense, Zamora, Valladolid y Santander: Marina, Rosario, Ceres, Loly, Ayda Vázquez, Mary, Quela, Marban, Purita, Marujita, B. Pazos, Rodelgo, Elena, Elvirita y Pilar.
El 49 fue el último año que se jugó con normalidad. El Grupo lo conformaban Bilbao, Asturias, Santander y Coruña. Digo lo de normalidad porque había decaído la afición y el año siguiente la fase de grupo se solucionó con un “torneo relámpago” jugado en el Couto, entre los equipos de Ourense, Coruña y Santander, ¡con partidos de 15 minutos!
El hecho de pasar a manos de las federaciones la organización de los torneos supuso un nuevo “impasse” que para Ourense, por desgracia, se prolongó en exceso, teniendo que esperar al año 94 para volver a registrar un equipo. Nacía el Ourense Hockey Club (medalla de Plata en el Campeonato de España Juvenil Femenino de Sala celebrado en San Sebastián, en el 97). Y con él, la mejor época de ese deporte en la ciudad. En el 98 pudimos disfrutar el Campeonato de Europa de selecciones y ese fue el trampolín para los mayores éxitos de nuestras jugadoras: año 2000, campeonas de España de 1ª división con el ascenso a División de Honor; el primer año, terceras en liga y subcampeonas de Copa de la Reina; en 2001, terceras; en 2002, Ourense acoge el Campeonato Europeo, quedando cuartas, y ese mismo año son terceras de la liga nacional; 2003, cuartas en liga. Llegando incluso a tener patrocinador, Europcar Ourense Hockey Club. En 2001 y 2002 la Secretaria Xeral para o Deporte lo premia como mejor club femenino del año.
Actualmente, sin los apoyos precisos pero con mucha ilusión, seguimos teniendo equipos en competición: C.H. Albor, C.S.A Ourense, Villar Ourense, C.H. Barrocás...
