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La entrega de esta jornada de Ourense no tempo ahora también en formato pódcast.
El artículo de hoy se sale un poco de lo habitual, ya que, aunque Ourense está representado, ocupa un papel secundario. Los amigos de la revista Celce, (especializada en coleccionismo del mundo de la cerveza) me pidieron datos sobre la historia cervecera de la ciudad, y aunque seguramente tenemos y hemos tenido buenos bebedores de ella, en cuanto a la fabricación no hemos estado hábiles. Tuvimos nuestra marca, Cervezas San Martín, que según los entendidos era de una calidad excelente y con opciones de competir con las mejores, sin embargo, diferentes causas, desde económicas hasta incluso sociales, llevaron el proyecto al cierre.
Pero vayamos al principio… no al de la bebida, ya que eso nos llevaría varios siglos antes de Cristo. Quedémonos con los primeros movimientos para producir el brebaje en tierras gallegas.
Después de mucho tiempo dependiendo de fabricantes europeos, principalmente ingleses que enviaban sus barriles a los puertos de A Coruña, Ferrol y Vigo, es en 1808 cuando se cree que Jacob Merckel, un ciudadano alemán de 34 años, abre la primera fábrica en la ciudad herculina, una de las primeras conocidas en España.
Por los datos que manejo debía de tener una calidad más que aceptable. Consiguió sobrevivir en momentos complicados del país y a los embates de las marcas competidoras, que surgieron a partir de mediados del siglo XIX. Existen datos que hablan de hasta cuatro fabricantes que vinieron a ampliar la oferta: Avrillon, Cattini, Giavina y Jalbo. Como vemos, seguían siendo foráneos los que se atrevían a elaborar cervezas, producción que complementaban en ocasiones con la elaboración de gaseosas, seltz e incluso hielo.
A esa competencia se unía la de fabricantes del resto de España. La Salve (1886) fue una de ellas, y desde Bilbao enviaba su producto a nuestra Galicia, pero no encuentro datos de su venta en Ourense. Sí aparece sin embargo la marca La Austriaca, que desde Santander al principio y desde Vigo a partir de 1925, cuando se decidió a expandirse, servía su espumoso a los ourensanos con la marca La Barxa. Otras marcas de aquellos años fueron la Estrella de Gijón y el Águila Negra.
Los primeros datos reales que encuentro sobre la cerveza en nuestra ciudad son los que confirman que los cafés ourensanos intentaban incluir en su oferta todo lo que el público podía desear, pero así como no se dudaba en fabricar gaseosas en locales como el Unión o el Regional, o incluso helados y desde luego limonada, la cerveza, y también la sidra, se resistían.
Tal vez recordar que, aunque la elaboración no era complicada, su conservación principalmente con altas temperaturas era todo un reto. Ni los envases ni la posibilidad de enfriar el producto facilitaban que no se perdiera el anhídrido carbónico y se estropeara el producto. ¿Habéis probado una cerveza rubia caliente y sin gas?
En la prensa ourensana de 1910 vemos cómo La Austriaca se anunciaba como la mejor del mundo y también utilizaba un método original. Según el fabricante, beber su cerveza quitaba el miedo al cometa Halley (cosas de la época). ¡Ah!, también la publicitaban como “exenta de alcohol y otras sustancias dañinas para la salud”. Esta es por mis pesquisas la primera marca nacional publicitada en Ourense
En 1913, el almacén de los Méndez-Moure se encargaba de distribuir la cerveza sevillana Cruz del Campo y un producto que os sonara: sidra El Gaitero; a nada que os fijéis los dos son productos que continúan presentes en los mercados… y el almacén de Ruiz, con la colaboración de la tienda La Flor de Aragón (Barrera 8), distribuían la Estrella de Gijón. Eran las marcas que entre ellas competían, hasta que en 1916 irrumpió en el mercado El Águila Negra (hoy activa en manos de Cervezas Alhambra: El Águila).
El siguiente movimiento que encuentro es el del Café Royalty (Paseo, julio de 1921), que en el propio local monta un depósito de cerveza y sidra, algo que como sabéis se ha vuelto a poner de moda incluso con las barricas de cobre a la vista. De ese mismo año es una referencia al gerente de la importante cervecera cubana La Tropical, que pasaba unos días en Ourense invitado por un amigo y dio pie a que se pensara en la posibilidad de que se estuviera gestando en la provincia el desembarco de este gigante empresarial, pero eran más las ganas que la realidad.
En 1925 desembarca en Galicia la marca Mahou y es en Ourense donde se instala el depósito, bajo el mandato de los señores Alonso y Alberte. En el verano del 33, la villa de Ribadavia fue objeto de un “experimento”: la delegación viguesa de la fábrica La Austriaca (La Barxa) abría en Villa Carmen (calle de San Martín) un parque de recreo veraniego que fue un éxito en las noches.
Me llama la atención que, a pesar de existir desde 1910 la marca Estrella de Galicia, no encuentro referencias a ella en Auria, hasta…
A modo de anécdota, ¿sabéis que en 1914 se publicitaba el medicamente Neurastol y, como forma de tomarlo, recomendaban disolverlo en cerveza, vino y agua?
En mayo del 36 llegaba a nuestra ciudad la II Vuelta Ciclista a España, y en ella se estrenaba la marca Dam, que surtía a los corredores de su producto antes de la salida. El caso es que me sirve el dato para recordar algo que ya no ocurre. Habían salido los corredores de Vigo hacia las ocho de la mañana y cruzaban antes de las doce la pancarta de meta volante en el paseo delante del Losada. En ese momento se les daban las cervezas Dam y unas piezas de fruta cedidas por una frutería de la calle ¿Santo Domingo?. Allí mismo dieron cuenta de esos productos los deportistas y a eso de las 12,15 se volvió a dar la salida para continuar la etapa que ese día tenia su final en la villa de Verín, a donde se esperaba que llegaran para comer…
No se imaginaban los ourensanos que ese día recibían a los corredores que la vida iba a cambiar radicalmente en el país: la nefasta guerra trastocaría incluso el mercado de la cerveza. Cuando pasados unos meses del inicio de la contienda empezó a organizarse la vida, durante un tiempo que yo estimo en unos 4 o 5 años el producto se servía con limitaciones, pero era suficiente, recibiéndose diariamente, vía férrea, una cisterna procedente de Oviedo; además del producto embotellado y a granel que llegaba desde Vigo y A Coruña.
La escasez generalizada de materia prima e incluso de servicio eléctrico fue reduciendo la producción y obligando a una reorganización no sé si oficial o casual, pero en los años 40 a Ourense solo llegaba y con problemas la cerveza que en Vigo elaboraba La Barxa, hasta que en agosto del 43 se sufrió una paralización de los envíos.
Después de ese momento, con lentitud, pero se fue normalizando la distribución y poco a poco fueron surgiendo las marcas que todos conocemos. En el 70, un grupo de ourensanos ponían en marcha la única fabrica que se conoce en la provincia, Cervezas San Martín, pero como sabemos, a pesar de elaborar un magnifico producto, no salió adelante. Pero eso será tema para otro día…
