La actividad y el entorno, vitales para su evolución

El objetivo principal del centro Santa Catalina es dar la oportunidad a las personas con discapacidades psíquicas realizando actividades ocupacionales que le satisfagan y potencien su vida, contribuyendo a que aquella sea lo más autónoma posible.
En un principio, el centro ocupacional de Cornoces fue diseñado para discapacidatos psíquicos del entorno rural, pero, según la demanda de nuevos internos provenientes de las ciudades, se aumentó la oferta de actividades.

Los internos se dividen en grupos, a los cuales le está asignada una serie de tareas. De la ganadería de la granja ubicada en las dependencias del pazo se encargan dos, que se reparten el cuidado de las vacas, conejos, cerdos, patos y otros animales. Otro grupo se encarga de mantener la huerta, en la que cultivan patatas, maíz, verdura y hortalizas, que junto con los productos de la granja, sirven para abastecer la despensa del centro.

'Pouca cousa temos que mercar', explica el director, José Luis Feijóo, quien añade que 'ademáis os productos que eles mesmos axudan a producir son os que máis lles gusta comer e cando máis contentos están é cando temos prato con productos da horta'.

El centro cuenta, además, con un taller donde una parte de los internos fabrican piezas para una empresa de persianas de la ciudad. 'Son responsables e moi metódicos co traballo, e tamén lles gusta que se o fan ben que llo recoñezan', explica el director.

Dos de los internos trabajan en un pequeño taller de carpintería, en el que fabrican y restauran muebles también para abastecer la decoración del propio centro, aunque el director explica que actualmemente estan barajando la posibilidad de darle una salida comercial a algunos de los productos.

En las tareas del hogar colabora otro grupo, que ayuda a los empleados en la cocina, en la lavandería, haciendo las camas o en cualquier otra labor que sea necesaria.

Por último, los residentes con discapacidades más agudas realizan manualidades, dibujos y pintura, en una de las aulas con el educador del centro.

A veces ocurre que a alguno de los internos le gustan varias actividades, explica José Luis Feijóo, y 'algún traballa no taller pero tamén lle gusta a gandería, e en ocasións, escápaseno para onde as vacas', bromea el director, quien elogia la voluntad y capacidad de todos los internos para las actividades.


IMPORTANCIA DE ESTAR ACTIVOS

Todos los profesionales destacan la importancia de tener a las personas discapacitadas psíquicas ocupadas para su desarrollo.

'Es fundamental que estén activos', dice el psicólogo del centro, Antonio Saco, quien añade que especialmente es relevante que 'sientan que lo que hacen es real y productivo y que tiene recompensa'.

Saco, que lleva en el centro más de 20 años, destaca la importancia de que los internos estén sometidos a unos hábitos y horarios, por la estabilidad que les aporta y porque 'contribuye a hacer una vida cada vez más equilibrada y mejor'.

Con esto concuerda, José Luis Feijóo, quien explica que 'cando non hai nada que facer é cando xorden os problemas'. Además, Feijóo explica que cada interno tiene su espacio y son muy respetuosos con él. 'Non lle invadas o seu posto, porque empeza o conflicto', dice el director, aunque precisa que 'en xeral son tranquilos, non hai ningún que sexa agresivo ni temos tido problemas de importancia'.

Los residentes reciben una pequeña retribución semanal por sus tareas, que luego suelen gastar en la cafetería del centro o en en sus salidas al pueblo.'É un sueldiño que fai que se sintan importantes', dice Feijóo.



INTEGRACION EN EL ENTORNO

Como el resto de los centros de la fundacion San Rosendo, la integracion y la participación activa del residente en el entorno rural es un objetivo primordial.

En el caso del centro de Santa Catalina, esa vinculación es 'total' según explica José Luis Feijóo, tanto con los vecinos del propio pueblo de Cornoces, como con los de Amoeiro.

'Van a tomar café al bar, acuden los domingos al fútbol, están perfectamente integrados con los vecinos', explica el director, quien añade que 'é algo que fomentamos moito porque consideramos que é moi beneficioso para eles e porque queremos que teñan unha vida o máis normal posible'.

A pesar de que las cancelas del pazo de Cornoces están siempre abiertas, algunos de los internos, a los que tiene una discapacidad mayor, no les está permitido salir solos, y otros, aunque podrían, no lo hacen porque no les gusta salir.

'Tanto si salen al pueblo como si se mantienen en las dependencias del pazo, que son amplias, la propia estancia en el entorno rural les es muy ventajosa', explica Antonio Saco, quien precisa que 'les permite sentir libres, mucho más que en un centro urbano'.

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