El letrado sostiene que este indicio, según el cual algún pariente pudo tocar la pistola, "no es sólido"
Una de la pruebas incorporadas durante la instrucción a las diligencias por la muerte de un policía en la comisaría de As Lagoas el 9 de abril de 2016, procedimiento en el que figuran como investigados los hermanos Bernardo y Roi D.L., son los restos de ADN que aparecieron en el arma con la que se efectuó el disparo, que tenía el fallecido en su mano izquierda. Según los análisis practicados por la Policía Científica, hay restos epiteliales"compatibles dentro de tercero o cuarto grado con Bernardo D.L.". Es decir, un familiar de los imputados en ese grado (primo, por ejemplo) puedo haber tocado el arma. Aunque, según precisa el letrado que los representa, "no significa necesariamente que sea así".
Según remacha, contrariamente a lo que sostiene el letrado que representa a la familia de la víctima, "no existe en la causa ningún indicio que acredite el homicidio". De hecho, asegura que en los 135 folios en los que resume la UDEV su investigación "no hay una sola referencia al homicidio sino solo a la sustracción de las armas y el envío de los anónimos a Asuntos Internos y a la prensa".
Este es uno de los argumentos esgrimidos en el recurso de apelación ante la Audiencia presentado ayer en busca de una nulidad de las actuaciones. Recurrió los autos de entrada y registro en las viviendas de los policías investigados (Coslada - Madrid-, Ávila, Ribeira y Toén). A su entender, la jueza de Instrucción 3 no es competente para investigar la sustracción de las pistolas del búnker de la comisaría, así como la tenencia ilícita de armas, delitos en los que están imputados los hermanos, además del homicidio de su compañero Celso Blanco, en tanto que ya había diligencias abiertas en otro juzgado, Instrucción 1.
El abogado parte de que el fallecido se suicidó y que también pudo participar en la sustracción de las armas en tanto que había "ADN de Celso en la llave que da acceso propiamente dicho al búnker, que estaba guardada en un cajetín".
En el informe de UDEV se acreditas que la cámara de fotos con la que se prefabricó una prueba falsa -consulta de un DNI- contra Antonio F.R., , el exjefe de drogas que salía mal parado en el ánimo enviado a Asuntos Internos dando cuenta de corrupción policial, pertenecía a Roi D.L. La cámara se conectó a un ordenador del aula de formación al tiempo que desde un tablet se descargaron a ese terminal los anónimos enviados a la prensa y a Asuntos Internos.
El letrado que los representa resta importancia a este hecho. "Admite que la compró en 2010 y la tenía guardada en el despacho de formación de la quinta planta pero sin uso porque empleaban los móviles para las fotos", explica.
Aunque el informe de Balística echa por tierra la la hipótesis del suicidio, entre otras razones porque el arma se disparó a 6 centímetros de la sien, recuerda que la Brigada central de investigación de delitos contra las personas argumentó el suicidio.
