Las manifestaciones del modisto ourensano Adolfo Domínguez asegurando que los vigueses son brutos e hicieron una ciudad sin preocupación por el medio en el que está han suscitado las críticas del alcalde olívico. Abel Caballero consideró intolerable que se diga algo en contra de los habitantes de la ciudad y reprochó a Quintana y la conselleira Táboas, que estaban presentes, que no los defendiesen.
Las declaraciones del modisto ourensano Adolfo Domínguez arremetiendo contra el urbanismo de Vigo, durante la presentación de su nuevo proyecto empresarial en el Val da Rabeda, han suscitado las críticas de los políticos olívicos. En una comparecencia con el vicepresidente de la Xunta, Anxo Quintana, y la conselleira de Vivenda, Teresa Táboas, Domínguez calificó la ciudad de terreno paradisiaco, pero donde son brutos claramente e hicieron una ciudad sin preocupación por el medio en el que está. El modisto pretendía así contraponer este desarrollo urbanístico al que prevé realizar con la construcción de su nuevo centro empresarial en el Val da Rabeda, que calificó como intervención modélica por su respeto á nai terra y a la naturaleza.
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, salió al paso de estas manifestaciones y consideró intolerable que se diga algo en contra de los habitantes de la localidad. Caballero añadió que los problemas de Vigo no se deben a sus vecinos, sino que son fruto, en gran medida, de la etapa de la dictadura y de otra muy poquita gente que no estuvo a la altura de las circunstancias.
No obstante, el regidor vigués consideró que el empresario textil puede decir lo que quiera, pero lo que más le preocupó fue que tanto Quintana como Táboas no lo contradijeran. Quiero pensar que fue un lapsus o quizá la sorpresa por lo atrevido y lo intolerable del señor Domínguez, añadió Caballero, y estimó obligado que ambos cargos públicos le reprendiesen por su actuación. El alcalde olívico se reafirmó en su defensa de Vigo y aseguró que la ciudad fue capaz de empujar toda Galicia e incluso la actividad de quien la insulta de esta forma.
El alcalde de Vigo, Abel Caballero, salió al paso de estas manifestaciones y consideró intolerable que se diga algo en contra de los habitantes de la localidad. Caballero añadió que los problemas de Vigo no se deben a sus vecinos, sino que son fruto, en gran medida, de la etapa de la dictadura y de otra muy poquita gente que no estuvo a la altura de las circunstancias.
No obstante, el regidor vigués consideró que el empresario textil puede decir lo que quiera, pero lo que más le preocupó fue que tanto Quintana como Táboas no lo contradijeran. Quiero pensar que fue un lapsus o quizá la sorpresa por lo atrevido y lo intolerable del señor Domínguez, añadió Caballero, y estimó obligado que ambos cargos públicos le reprendiesen por su actuación. El alcalde olívico se reafirmó en su defensa de Vigo y aseguró que la ciudad fue capaz de empujar toda Galicia e incluso la actividad de quien la insulta de esta forma.
