DOS AÑOS DE PRISIÓN

El agresor sexual de una niña evita la cárcel al indemnizarla

El fiscal rebajó la pena de cinco a dos años de prisión al aplicar el atenuante de reparación de daños.

Juan Benito Suárez Araújo (67 años) aceptó ayer ante la Audiencia provincial una condena de dos años de prisión (no ingresaría si no delinque de nuevo) e indemnizar a los padres de la niña de nueve años a la que agredió sexualmente con 20.000 euros por los problemas psicológicos y los daños morales sufridos por la menor.

El inculpado, que llegó media hora antes de la hora fijada por la sala para la celebración del juicio para eludir a la prensa, tampoco podrá aproximarse a la niña en un radio de dos kilómetros durante cinco años ni comunicar con ella telefónicamente o por cualquier otro medio durante el mismo tiempo. Este acuerdo implica que el inculpado no podrá acercarse a una finca de su propiedad muy próxima a la casa de la menor, lugar el donde se desarrollaron los hechos en julio de 2010.

El ministerio fiscal rebajó la petición de pena inicialmente fijada en su escrito de calificación provisional en el que pedía cinco años de prisión pero rebajaba la indemnización a 11.160 euros por el daño moral a la niña en aplicación de la atenuante muy cualificada de reparación del daño en tanto que Suárez Araújo ya consignó el abono de 20.000 euros a la familia.

Esta última era la cantidad que reclamaba la acusación particular en su escrito inicial, además de nueve años de prisión por la agresión sexual. El letrado de la familia, Javier de la Torre, destacó el hecho de que el acuerdo de conformidad evitó a la pequeña revivir en el juicio lo acontecido hace cuatro años, con todas las gravosas implicaciones emocionales que conllevaría para ella.

Además, Suárez Araújo reconoció el delito, algo que hasta ahora no había hecho. Los hecho ocurrieron en la última quincena de julio de 2010 cuando la niña se dirigía a darle de comer a un perro de su propiedad en la localidad de Untes. El inculpado la llamó con el pretexto de ofrecerle un caramelo para que se aproximara a ella. Cuando la menor se acercó, el condenado la agarró por la mano con el fin de que no pudiera escapar para así conducirla hasta una viña próxima.

El inculpado tumbó en el suelo a la víctima y le quitó la ropa interior para frotarse contra ella, obligándola a tocarle el pene. Según reconoció el inculpado, él también tocó las partes íntimas de la niña.

En todo momento, según recogerá la sentencia de la Audiencia, la pequeña trató de defenderse con patadas y braceando hasta que finalmente la dejó marchar no sin antes amenazarla para que guardara silencio.

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