Bailarines, organizadores de las XXV Xornadas de Folclore y hasta ourensanos anónimos de se han volcado con los 25 componentes de la delegación de Georgia, expresando su solidaridad por el cruel conflicto armado que vive su país con Rusia.
Las Xornadas de Folclore de Ourense han comenzado, y de los 12 grupos internacionales que participan en el festival existe uno que destaca de forma especial, aunque no en este caso por sus logros o reconocimientos artísticos -que los tiene-. Destacan por la cruel y desafortunada situación que se vive actualmente en su país, en conflicto con Rusia.
Los 25 componentes del conjunto nacional de Folclore de Georgia National Ensemble Georgian Folklore, cuya sede se encuentra en la capital Tbilisi, han recibido el apoyo de todos los participantes en las jornadas, incluyendo bailarines y organizadores. La delegación de Georgia llegó a España tan sólo una semana después de que el conflicto bélico estallara a principios de agosto. A pesar de estar lejos de su tierra, su deseo es seguir informándose de lo que pasa en su país. Es por eso que gran parte de su tiempo libre lo dedican a conectarse a internet, a través de la conexión wifi que ofrece un café frente a la Universidad Laboral, lugar en el que se hospedan, según explica uno de los bailarines.
Las cosas no van bien en su país y eso se nota, explica Tania Álvarez, una de las monitoras del festival, que ayer observó cómo un par de chicas georgianas lloraban en las escaleras del hall, al ver que la situación en su país no mejora.
La guerra de Georgia no es un conflicto armado solamente con Rusia, explica el director de la agrupación folclórica nacional de Georgia, Badri Matchavariani, la guerra de Georgia es un conflicto también con las repúblicas separatistas prorrusas de Osetia del Sur y Abjasia.
El conflicto bélico se ha cobrado la vida de más de 2.000 personas entre la población civil, y hay cerca de 6.000 desplazados, según los últimos datos de la Agencia de Naciones Unidas para el Desarrollo (ACNUR). Sin embargo, Marchavariani explica que la guerra no se puede medir con víctimas ni con desplazados, pues el dolor que sufren las familias no se puede contabilizar.
Las caras largas son comunes entre los visitantes georgianos. Sin embargo la magia del baile y de la música les devolverá hoy la sonrisa cuando se suban de nuevo al escenario en el Claustro do Mosteiro de Celanova, a las 20.30 horas.
Los 25 componentes del conjunto nacional de Folclore de Georgia National Ensemble Georgian Folklore, cuya sede se encuentra en la capital Tbilisi, han recibido el apoyo de todos los participantes en las jornadas, incluyendo bailarines y organizadores. La delegación de Georgia llegó a España tan sólo una semana después de que el conflicto bélico estallara a principios de agosto. A pesar de estar lejos de su tierra, su deseo es seguir informándose de lo que pasa en su país. Es por eso que gran parte de su tiempo libre lo dedican a conectarse a internet, a través de la conexión wifi que ofrece un café frente a la Universidad Laboral, lugar en el que se hospedan, según explica uno de los bailarines.
Las cosas no van bien en su país y eso se nota, explica Tania Álvarez, una de las monitoras del festival, que ayer observó cómo un par de chicas georgianas lloraban en las escaleras del hall, al ver que la situación en su país no mejora.
La guerra de Georgia no es un conflicto armado solamente con Rusia, explica el director de la agrupación folclórica nacional de Georgia, Badri Matchavariani, la guerra de Georgia es un conflicto también con las repúblicas separatistas prorrusas de Osetia del Sur y Abjasia.
El conflicto bélico se ha cobrado la vida de más de 2.000 personas entre la población civil, y hay cerca de 6.000 desplazados, según los últimos datos de la Agencia de Naciones Unidas para el Desarrollo (ACNUR). Sin embargo, Marchavariani explica que la guerra no se puede medir con víctimas ni con desplazados, pues el dolor que sufren las familias no se puede contabilizar.
Las caras largas son comunes entre los visitantes georgianos. Sin embargo la magia del baile y de la música les devolverá hoy la sonrisa cuando se suban de nuevo al escenario en el Claustro do Mosteiro de Celanova, a las 20.30 horas.
