La Confederación Hidrográfica Miño-Sil confirmó la presencia de cianobacterias, que producen algas tóxicas, en el embalse de Cachamuíña a tenor de los análisis realizados. Según reconocen fuentes del organismo de cuenca, se trata de un fenómeno difícil de atajar que se repite con la llegada del verano, entre los meses de julio y septiembre, debido a la bajada del caudal de los embalses y las altas temperaturas.
No obstante, insisten en que la ciudad en estos momentos no se está abasteciendo de ese embalse debido a su escasez de agua (está destinado al abastecimiento y gestionado por el Concello a través de Aguagest). Asimismo, puntalizó que la confederación 'como responsable de la calidad de las aguas efectúa controles periódicos y en caso de detectar niveles anormales, tal como ha ocurrido en este caso, se le comunica a Sanidade por si decide adoptar medidas correctoras'. Asimismo, desde Aquagest confirmaron que la ciudad está captando agua del río Miño para su abastecimiento desde los primeros días del mes de agosto y que el suministro desde Cachamuíña se retomará en el momento los niveles pluviométricos lo permitan. La empresa elude tomar cartas en el asunto asegurando que 'es la Confederación Hidrográfica la encargada de tomar muestras'.
Aquagest mantiene cerradas las compuertas de los embalses de Cachamuíña y Castadón desde agosto por falta de reservas de agua procedente del río Loña, garantizando así el caudal ecológico. De hecho, desde el pasado día 28 de julio, en que se acumularon cinco litros por metro cuadrado, no volvió a llover en Ourense.
La proliferación de cianobacterias en los embalses es preocupante ya que algunas producen toxinas y pueden envenenar a las personas y animales que consuman su agua, si antes no se realiza el tratamiento adecuado. El fenómeno se hace importante sólo cuando hay una floración, lo que ocurre a veces en los embalses si las condiciones de temperatura son favorables y abundan los nutrientes.
Aquagest mantiene cerradas las compuertas de los embalses de Cachamuíña y Castadón desde agosto por falta de reservas de agua procedente del río Loña, garantizando así el caudal ecológico. De hecho, desde el pasado día 28 de julio, en que se acumularon cinco litros por metro cuadrado, no volvió a llover en Ourense.
La proliferación de cianobacterias en los embalses es preocupante ya que algunas producen toxinas y pueden envenenar a las personas y animales que consuman su agua, si antes no se realiza el tratamiento adecuado. El fenómeno se hace importante sólo cuando hay una floración, lo que ocurre a veces en los embalses si las condiciones de temperatura son favorables y abundan los nutrientes.
