El servicio de Microbiología del CHUO analizó ayer la prueba PCR número 300.000, “un hito o un fracaso”, como señala Isabel Paz, la jefa de la unidad. Desde el inicio de la pandemia, hace más de año y medio, el laboratorio ourensano se ha convertido en uno de los pilares fundamentales de la lucha contra el virus. “Al principio sufrimos mucho, era una guerra porque no teníamos reactivo suficiente para analizar las pruebas”, recuerda la sanitaria.
En febrero de 2020, semanas antes de que la situación española fuese crítica, el servicio se preparó para realizar PCR, sin saber lo que se venía. “Nos habían dicho que teníamos que tener a punto una técnica para diagnosticar, que podíamos tener viajeros, algún paciente puntual… Así que nos preparamos para eso, para algo puntual, no para el bum que vino después”, comenta Paz.
En un inicio, el análisis de pruebas podía retrasarse varios días, pero con el paso de las semanas, las mejoras de los instrumentos y la experiencia y tesón del equipo, la situación cambió. “Ahora mismo es muy raro que empecemos el día con alguna prueba del día anterior sin analizar”, apunta. Para ello, no hay stop: “Trabajamos las 24 horas, el laboratorio no cierra nunca desde septiembre”.
El servicio, además, cuenta con nuevos instrumentos que permiten conocer el resultado de una PCR en cuestión de hora y media. “Son las pruebas rápidas, las usamos con hospitalizados, los pacientes quirúrgicos, de UCI…”, cuenta. El equipo profesional se ha tenido que redimensionar para poder hacer frente a la altísima demanda: normalmente trabajan unas 25 personas, pero cuando es necesario, se refuerza. “Nada de esto sería posible sin un equipo multidisciplinar que colabora y trabaja de un modo coordinado”, resalta.
Porque la prueba llega al laboratorio gracias a la labor previa de administrativos, equipo de logística, enfermeros y auxiliares, entre otros.
LA TOMA DE MUESTRAS
Los sanitarios del auto covid del CHUO fueron los encargados de tomar ayer las muestras de la prueba 300.000. “Llegar a este número de pruebas es una sensación un poco agridulce, nadie pensaba que íbamos a llegar a tantas cuando abrimos el servicio”, explica Miriam Vázquez, coordinadora de la unidad.
Adrián López, prueba número 300.000 de la provincia.
El auto covid se inauguró el 18 de marzo de 2020 y, desde ahí, tampoco ha habido tregua. “El día que lo abrimos estábamos un poco a lo loco, teníamos dudas de cómo recoger muestras, era algo nuevo. Teníamos la esperanza de que fuese algo momentáneo, pero…”, comenta Vázquez.
Desde entonces, el servicio ha ido añadiendo pruebas a domicilio, en centros sociosanitarios, colegios, empresas y cribados poblacionales, en numerosos concellos de la provincia. “¡Todos los pabellones que conocemos ya!”, bromea. “Recuerdo el primer cribado poblacional, estábamos tensos, teníamos 4.000 citados para dos días, era la primera vez que hacíamos algo tan grande, toda la logística detrás, llevábamos todos los volantes impresos…”, comenta.
La coordinadora resalta el trabajo de todos los involucrados en el proceso, “de todos”. “La gente está ahí en todo momento, doblan turnos, se ofrecen para venir si falta gente… la implicación es admirable. Es un gusto trabajar así”, asegura.
