La anulación judicial del Plan de Urbanismo de Ourense respaldado por Manuel Cabezas, a peor noticia recibida pola cidade, según dijo ayer el actual alcalde, no sólo deja en suspenso el desarrollo urbanístico y el modelo de expansión de Ourense dise ñado por el ex-regidor (pese a que el planeamiento estará vigente hasta que las sentencias sean firmes), sino que bloquea -aseguran en el Concello- todo el listado de ventajosas recalificaciones y edificabilidades concedidas por Cabezas a ciertos promotores.
La revisión, o mejor dicho, la redacción de un nuevo Plan de Urbanismo de la ciudad, ahora que el Tribunal Superior de Xustiza (TSXG) ha echado por tierra el planeamiento diseñado y respaldado por Manuel Cabezas, puede alterar o invalidar las extrañamente generosas recalificaciones y edificabilidades concedidas por el ex regidor a ciertos particulares y promotores que no han ejecutado o aún carecen de licencia para desarrollar las excelentes expectativas de negocio que el Plan anulado -aunque vigente hasta que las sentencias sean firmes- les otorga.
Así se asegura desde la Concejalía de Urbanismo, sobre todo porque la normativa actual exige someter el desarrollo de cualquier área urbanística a un informe previo de impacto ambiental, para asegurar que las futuras urbanizaciones dispondrán de las infraestructuras de abastecimiento y saneamiento; todo ello, claro, al margen de que las altísimas edificabilidades concedidas en barrios como A Ponte, O Pino o Mariñamansa -que concentrarían decenas de torres de 10 hasta 19 plantas- puedan ser reorientadas por el gobierno bipartito, en aras de lograr un planeamiento armónico y ordenado, como reiteraron PSOE y BNG al explicar su modelo de ciudad.
El agua le daba igual
A Manuel Cabezas le preocupaba poco que el desarrollo de nuevas urbanizaciones tuviese garantizado el abastecimiento de agua, como lo demuestra el hecho de que hiciese caso omiso a las recomendaciones de la propia Confederación Hidrográfica del Norte que, antes de aban donar su cargo, dio la callada por respuesta -fueron públicas y abundantes las quejas del entonces alcalde por la actitud del organismo de cuenca- a su pretensión de aumentar la captación de agua del Miño para garantizar en aquel momento el agua a la futura urbanización promovida por Eroski en A Farixa. Y tampoco hay que olvidar el visto bueno dado a una macro urbanización en la parte alta de Barrocás, en la que el propio promotor debía construir con sus propios fondos un depósito para abastecer a sus vivien das ante la imprevisión de aquel gobierno que dirigía Cabezas.
Fuentes municipales consultadas por este periódico han precisado que el informe de impacto ambiental puede dar al traste con más de seis espacios recalificados de forma muy ventajosa para los promotores porque, además del informe ambiental, la previsión de viviendas deberá tener también una adecuada justificación con su correspondiente informe económico-financiero, un filtro que, aseguran, esas áreas de reparto no pueden superar.
Así se asegura desde la Concejalía de Urbanismo, sobre todo porque la normativa actual exige someter el desarrollo de cualquier área urbanística a un informe previo de impacto ambiental, para asegurar que las futuras urbanizaciones dispondrán de las infraestructuras de abastecimiento y saneamiento; todo ello, claro, al margen de que las altísimas edificabilidades concedidas en barrios como A Ponte, O Pino o Mariñamansa -que concentrarían decenas de torres de 10 hasta 19 plantas- puedan ser reorientadas por el gobierno bipartito, en aras de lograr un planeamiento armónico y ordenado, como reiteraron PSOE y BNG al explicar su modelo de ciudad.
El agua le daba igual
A Manuel Cabezas le preocupaba poco que el desarrollo de nuevas urbanizaciones tuviese garantizado el abastecimiento de agua, como lo demuestra el hecho de que hiciese caso omiso a las recomendaciones de la propia Confederación Hidrográfica del Norte que, antes de aban donar su cargo, dio la callada por respuesta -fueron públicas y abundantes las quejas del entonces alcalde por la actitud del organismo de cuenca- a su pretensión de aumentar la captación de agua del Miño para garantizar en aquel momento el agua a la futura urbanización promovida por Eroski en A Farixa. Y tampoco hay que olvidar el visto bueno dado a una macro urbanización en la parte alta de Barrocás, en la que el propio promotor debía construir con sus propios fondos un depósito para abastecer a sus vivien das ante la imprevisión de aquel gobierno que dirigía Cabezas.
Fuentes municipales consultadas por este periódico han precisado que el informe de impacto ambiental puede dar al traste con más de seis espacios recalificados de forma muy ventajosa para los promotores porque, además del informe ambiental, la previsión de viviendas deberá tener también una adecuada justificación con su correspondiente informe económico-financiero, un filtro que, aseguran, esas áreas de reparto no pueden superar.
