La falta de consenso entre corrientes impidió una lista única, y solo la "tercera vía" presentó delegados
El funcionamiento interno del PSOE de la ciudad volvió ayer a sufrir ayer otra vuelta de tuerca, en este caso en la asamblea local en la que se elegían los 23 delegados que representarán a la agrupación en el congreso gallego del próximo 28 de agosto. El resultado fue cuanto menos "inesperado", como aseguraban desde diferentes frentes. Los cuatro "bloques", tres de ellos apoyos de Caballero y otro, el organizado en torno a la ejecutiva local, que apoyó a Villoslada, no se pudieron poner de acuerdo para llevar una lista integrada que recogiera todas las sensibilidades.
El recién elegido secretario del PSdeG, Gonzalo Caballero, había pedido un esfuerzo para dejar atrás divisiones pasadas y mostrar unidad en la ciudad, pero esta imagen parece que tendrá que esperar, pese a que, en principio, parecía que el acuerdo estaba cerrado con un 30% de delegados para los de Villoslada y un 70% a repartir entre los de Caballero.
La jornada vivió frenéticas negociaciones entre estos, los "susanistas", militantes como Pablo López Vidal o José Ramón Fernández Morgade y los que apoyaron a Villoslada, pero finalmente solo concurrió una lista de la "tercera vía", encabezada por Javier Rey y Concha García Lozano.
Los que apoyaron a Villoslada, que tenían a Carmen Dacosta y José Ángel Vázquez Barquero como cabezas visibles, renunciaron a presentar lista propia, aunque estuvieron en las negociaciones para poder integrarse. El "susanismo", que consiguió gran parte de los votos de Caballero en la provincia, tampoco quiso presentar su listado, porque "no tenía sentido dividir". La "tercera vía" sí que lo había registrado, al encontrar "posiciones demasiado enfrentadas", aunque desde otros sectores les vieron"poca intención" de consensuar. Con estos ingredientes, la asamblea se retrasó más de una hora, porque las conversaciones se alargaron hasta el límite.
El acuerdo resultó finalmente imposible. Si algunos apuntaban a la "rigidez" de la "tercera vía" para dificultar el acuerdo, desde esta parte se señaló a la continuidad de "viejos vetos entre las corrientes".
Lo único claro, es que estos últimos fueron los ganadores del embrollo. Pese a que se intentó llegar a un acuerdo hasta el final, los 23 delegados que irán a Santiago serán de esa corriente. El resultado parece surrealista a los ojos de muchos militantes, pero hubo consenso en evitar cualquier tipo de tensión para no dar una imagen negativa.
Por otra parte, la participación, fue inusualmente baja. Apenas 60 militantes aguantaron hasta que las negociaciones acabaron por romperse. La falta de acuerdo acabó por espantar a parte de los afiliados.
Ahora, en el horizonte queda el congreso gallego del 28 de octubre, en el que se elegirá la ejecutiva y los órganos del PSdeG. Y después, a tres meses vista, la batalla provincial, la que podría ser la última oportunidad para mostrar la ansiada unidad.
